Mi familia

jueves, 23 de junio de 2011

23.- MADRES ADOLESCENTES

El cambio de mentalidad social: Las madres adolescentes se cuentan por miles, cada año, en nuestra patria y en todo el mundo; muchas de ellas solteras.Ha cambiado mucho el planteamiento social sobre la madre soltera.

Ya no está denigrada y repudiada por la sociedad, ahora puede seguir haciendo su vida normalmente y al hijo se le considera como a cualquier otro niño.
Antes, la hipocresía social hacía pagar al hijo al “pecado” de la madre, sin tener presente que el hijo (en todos los casos) es un inocente llamado a la vida, y que tiene derecho a que se le dé la mejor. Ya será mucho en su vida no conocer al padre y tener que vivir sin él.

¿Por qué se dan tantos casos de madres adolescentes?
No hay un único factor. El despertar sexual, propio de la adolescencia, se da en un ambiente propicio a las relaciones íntimas, donde campea la libertad de costumbres impuesta por la exhibición pública de modelos de conducta importados por el cine y la televisión; la búsqueda desenfrenada del placer inmediato y sin compromiso; el haber confundido la información con la educación sexual, incluso, los organismos oficiales han puesto todo su empeño en informar y nulo o casi nulo en educar.

Educar para el amor
Educar para el amor es educar para un amor duradero y comprometido entre ambos, que respete el derecho de los posibles hijos a tener unos padres y un hogar donde hacerse personas.
Educar para el amor va mucho más allá del deseo o el placer momentáneo de los padres. Amor sin compromiso es el desbordamiento de la pasión instintiva, propia de los animales.
El amor humano es otra cosa: Es mutuo respeto y compromiso, mutua entrega y aceptación, sin límites ni reservas. El amor busca lo mejor para el otro y lo mejor para los posibles hijos. En el caso de los adolescentes, lo mejor es esperar y madurar como personas hasta que puedan asumir la plena responsabilidad de sus actos.

Amar es un acto de la voluntad ejercido sobre un sentimiento. El acto de amar sobrepasa en mucho el mero instinto que no se puede controlar. La atracción física entre dos personas y los sentimientos que puede despertar deben estar gobernadas por la inteligencia y la voluntad, que son las cualidades reinas del ser humano.
Hay algo que falla en muchas de relaciones: La capacidad de ver al otro como persona que deber desarrollarse plenamente, que es un ser único e irrepetible al que no se debe manipular ni utilizar como un objeto de uso particular.
Los y las adolescentes deben asimilar que las relaciones sexuales son una donación total de dos personas, en cuerpo y alma, sin reservas, sólo porque se quieren y desean hacerse mutuamente felices y que esta relación comporta gran responsabilidad de uno con otro y de ambos con el posible hijo.

La educación sexual de los/las adolescentes
La educación abarca dos campos netamente diferenciados: Los adolescentes, ellos y ellas, deben estar plenamente informados de todo el proceso de la sexualidad y de la procreación humanas. Una información respetuosa, pudorosa y sin tabúes que la imposibiliten o deformen.
Desde niños deben haber sido educados en el amor y para el amor; el ejemplo de sus padres debe ser la mejor educación.
En todo caso, los adolescentes son los que deben decidir la edad en la que quieren tener relaciones íntimas. Los padres y educadores pueden aconsejar, pero, si la educación ha sido defectuosa o no ha sido asimilada o ellos prefieren otra cosa, los padres, los educadores y la sociedad en general no estamos en situación de imponer nada sino sólo de aconsejar e informar. Y, por descontado, poner a su alcance los mejores métodos para evitar embarazos no deseados y para evitar el contagio de enfermedades de trasmisión sexual.
Siempre es preferible usar un método de control a tener un embarazo no deseado o un contagio. En toda situación, los padres deben ayudar y apoyar a sus hijos e hijas.

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