Los
aspectos de higiene y salud, durante el
primer año de vida, adquieren una importancia crucial y son los
padres los que, mediante sus actuaciones, deben prevenir enfermedades
y proteger la salud física del bebé, así como asegurarle un
crecimiento sano y equilibrado.
Unos
consejos para la atención diaria
Baño:
Preparar
antes los útiles del baño para tenerlos a mano.
Asegurarse
de que la temperatura del agua es correcta.
Coger
al bebé con seguridad, evitando accidentes que le asusten o
atemoricen a la hora del baño.
Limpiar
y secar bien los pliegues de la piel, donde se suele acumular
suciedad.
Hablarle
con dulzura mientras se le baña y cambia.
Comprobar,
con frecuencia, si está mojado o manchado y, si es necesario,
cambiar el pañal.
Durante
el primer año de vida En
este periodo, los bebés también necesitan una serie de condiciones
del entorno que, a la vez que estimulen su desarrollo a través de
experiencias, eviten las
situaciones de peligro con
las que se puede encontrar y así:
Mientras
es propio de la edad descubrir las cosas a través de la boca, los
padres deberán poner especial cuidado en evitar riesgos como que se
pueda tragar objetos pequeños o
ingerir sustancias toxicas, entre otros.
A
medida que la movilidad aumenta, corren el riesgo de sufrir algún
accidente ya que todavía no controlan el peligro.
En
este sentido, recordaremos que los padres deberán prestar la máxima
atención, para evitar que el niño se acerque a enchufes,
objetos frágiles, estufas u otros objetos que puedan
suponer un riesgo para ellos.
Sueño:
Para
que el bebé adquiera independencia y buenos hábitos de sueño,
conviene que cuanto antes disponga de una habitación propia para
dormir bien ventilada y con temperatura agradable.
Asegurarle
las horas de sueño que necesita y mantener regularidad, teniendo en
cuenta que éstas van disminuyendo con la edad.
Evitar
malos hábitos a la hora de dormir como tenerlolo en brazos
meciéndole, o meterlo en la cama de los padres...
Procurar
que el momento de acostarse sea lo más agradable y tranquilo
posible.
Paseo:
Es
aconsejable sacar todos los días al bebé a pasear un rato y, en lo
posible, por ambientes saludables (parque, jardines, calles con
poco tráfico, etc.)
RECUERDE:
Realizar
seguimientos pediátricos regulares.
Asegurarle
tiempos de descanso y sueño estables.
Mantener
su higiene corporal mediante el baño diario.
Y
en general, aportar al bebé los cuidados básicos y la atención
afectiva que necesita.
Evitar
peligros:
No
dejarle nunca solo encima del cambiador.
No
dejar a su alcance objetos pequeños que se pueda tragar, ni
peligrosos como tijeras, vasos de cristal, productos de
limpieza, medicamentos...
Evitar
mobiliario (cuna) y juguetes con esquinas, pinturas tóxicas,...
Colocar
protectores en los enchufes...
“Un
niño limpio, sano y querido es un niño feliz”
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