La creación de un ambiente rico en
estímulos táctiles, visuales y auditivos, junto con un clima lleno de afecto y
la adecuada satisfacción de sus necesidades, ayudarán al niño en su crecimiento
y en el desarrollo de sus capacidades y habilidades.
Durante los primeros meses de vida, el bebé reacciona fundamentalmente: A la interacción que mantiene con sus padres y cuidadores.
Durante los primeros meses de vida, el bebé reacciona fundamentalmente: A la interacción que mantiene con sus padres y cuidadores.
A la información
que le llega por los diferentes sentidos, especialmente por el tacto, la vista
y el oído.
Estimulación
táctil
Realizamos esta estimulación cuando estamos en contacto directo con
nuestros bebés, cuando los cogemos en brazos, les damos besos, acariciamos o
damos masajes y también a través de su propia manipulación y movimiento.
Aprovecharemos el momento del baño para estimular todo su cuerpo,
además dejaremos que disfrute del contacto con el agua permitiendo, siempre con
cuidado y supervisión, que chapotee, salpique y tenga algunos
juguetes a su
alcance para que los toque o tire al agua.
Mientras le secamos y le aplicamos la crema después del baño, podemos
darle un pequeño masaje empezando por los pies, luego se sube por las piernas
hasta los muslos. Se le tocan las manos, los brazos, la tripa y la espalda, a
la vez que, a través de canciones o con una voz suave, vamos nombrando las
partes estimuladas.
Para proporcionar al niño distintas sensaciones, se le puede poner en
mantas con diferentes tactos (suave, un poco áspero, rugoso, liso, frío (metal)
calido (peluche), creando su mantita de actividades y texturas e incluso poner
saquitos que al moverlos hagan ruidos.
Podemos ofrecerle objetos diferentes, apropiados a su edad, para que
los manipule, los apriete, los mire, los lance, etc.
Estimulación
visual
La estimulación visual la realizamos, cuando proporcionamos al niño
diferentes estímulos que percibe a través de la vista y que llaman su atención.
A los bebés les gusta mirar objetos luminosos que hacen sombras o
iluminan la habitación, móviles de colores vivos, objetos que se mueven con
desplazamientos
de arriba, abajo o derecha izquierda... y, si además tienen música, ¡mucho
mejor!
Facilitar que pueda explorar la cara del adulto, que la toque y
posteriormente llamar su atención e interactuar con el bebé a través de juegos
como: cinco lobitos, cu-cu, marionetas de mano, etc. Los collares y las gafas
también le gustan mucho. Si se colocan collares vistosos, el niño se fijará en
ellos y también tratará de cogerlos.
Con este tipo de
estimulación le ayudaremos además a fijar su atención.
Estimulación
auditiva
A lo largo del primer año el niño va diferenciando los sonidos de su
entorno y va prestando más atención a ellos.
Inicialmente son las voces de los adultos que le rodean lo que mas le
gusta y las va diferenciando poco a poco.
Mantener una musiquita suave y agradable mientras se le baña o
mientras come, estimulará su desarrollo auditivo y además en ocasiones servirá
para relajarlo.
Ofrecerle juguetes sonoros
para que se dirija hacia ellos, que intente cogerlos y posteriormente sea él
mismo quien los haga sonar. Así no solamente se estimula la percepción y
discriminación auditivas, sino que comienza a entender que sus acciones tienen
unas consecuencias.
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