Alimentos naturales |
Nutrición adecuada de la madre
El aumento de peso ideal depende del peso anterior al
embarazo. En las mujeres que comienzan su embarazo desnutridas, no sería
aceptable un aumento menor de 7 kilos. Algunos autores piensan que en una mujer
de peso normal el aumento debería variar entre los 12 y 17 kilos.
Una dieta basada en alimentos
frescos y variados con las
calorías suficientes, vitaminas y minerales adecuados, además de servir como
fuente nutritiva para la protección de la salud materna, actúa como una primera
línea de defensa contra el bajo peso al nacer y protege de diferentes defectos
de nacimiento.
El abuso de drogas se asocia con
malnutrición, así como las complicaciones del hijo de madre adolescente pueden
estar relacionadas con dietas inadecuadas y desequilibradas, malnutrición y
pobreza.
El aumento de peso insuficiente conspira contra la salud
fetal y materna, pero las dietas desequilibradas en vitaminas y nutrientes
también pueden ser perjudiciales. Se ha demostrado el efecto protector del
ácido fólico contra los defectos de cierre del tubo neural comiendo cereales,
frutas, verduras de hoja verde y vísceras animales. Sin embargo no debe
alentarse la ingestión de polivitamínicos, que pueden producir efectos
indeseables en altas dosis (Vitamina A, Hierro).
Por otra parte, el exceso calórico y la consecuente
obesidad en la madre predisponen a la diabetes e hipertensión. Lo importante es
que la dieta sea suficiente y variada.
Atención
prenatal
Debería comenzar con la "asesoría prenatal". Es
uno de los factores que más contribuyen a la salud maternofetal. Depende
fundamentalmente del nivel socioeconómico de la paciente, y de los planes
sanitarios estatales dirigidos a proteger aquellos sectores sociales de más
riesgo con atención prenatal gratuita.
El ginecólogo que atiende a una embarazada no sólo seguirá el desarrollo
intrauterino del bebé, sino también, cómo se está estructurando la
"placenta familiar" que alojará al recién nacido.
La intervención clínica de apoyo (curso de prelación para el parto, entrevistas
prenatales, aporte de información, preparación para la lactancia, etc.) por
parte del equipo de salud es siempre importante.
El
apoyo social
Se refiere a la asistencia emocional y hasta material que
proporcionan las redes
sociales a las que tiene
acceso una mujer embarazada. No depende de la dimensión de esa red solamente,
sino de la conciencia por parte de la gestante de que ésta exista y que podría
recibir ayuda. Alentar a la madre embarazada para que adopte hábitos saludables
y se acerque a los centros de salud para recibir el control prenatal debería
formar parte de una estrategia sanitaria organizada desde las instituciones.
El otro factor protector lo constituye sentir que su compañero tiene una actitud positiva sobre el
embarazo. Este apoyo activo provoca mayores posibilidades de tener un bebé
sano. A su vez todos estos factores combinados potencian su efecto sobre la
salud del recién nacido.
Como vemos, el éxito del embarazo no depende solamente de
los esfuerzos de la futura madre sino también de los efectos producidos por la
sociedad en general, la comunidad, la clase médica y la cultura en torno a las
políticas de salud pública, desde los programas de atención prenatal hasta los
de vacunación adecuada o de educación sexual en los niños y adolescentes.
Lo
que en un principio parece un tema puramente biológico, sólo puede comprenderse
en términos del contexto social específico en el que tiene lugar, con todas las
influencia que imponen el nivel socioeconómico, los valores étnicos y las
tradiciones culturales.
En cada momento del desarrollo de cada individuo, los
valores de la familia, de la comunidad y de toda la sociedad despejan el camino
a ciertas opciones y lo borran para otras.
A
pesar de la complejidad del desarrollo prenatal y de los múltiples riesgos, la
mayoría de los niños nacen sanos, pero muchos potenciales riesgos futuros
podrían evitarse o corregirse con el cuidado de la gestante y de los que la
rodean.
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