Cuando el ginecólogo te confirma tu sospecha de embazo, la alegría, la ilusión y el
nerviosismo aparecen en tu vida. Dentro de nueve meses darás a luz a una nueva
criatura, con la que vivirás momentos especiales e inolvidables.
La maternidad provoca alteraciones importantes en el organismo, físicas y psicológicas. Por eso, conviene conocer perfectamente a qué nos enfrentamos, para que lo llevemos con normalidad, sin problemas y de la mejor manera posible.
La maternidad provoca alteraciones importantes en el organismo, físicas y psicológicas. Por eso, conviene conocer perfectamente a qué nos enfrentamos, para que lo llevemos con normalidad, sin problemas y de la mejor manera posible.
El primer trimestre es
la etapa de las incomodidades. El cuerpo sufre alteraciones hormonales muy
fuertes que se notan en el día a día. Estos tres primeros meses están llenos de
molestias; es cuando el feto comienza a formarse y el carácter puede cambiar
drásticamente, para bien o para mal.
Los principales síntomas
La fatiga es un
síntoma muy común. En
el primer trimestre, el cuerpo crea la placenta y realiza muchos esfuerzos para
la formación del embrión, por lo que es muy común que se experimente una
sensación exagerada de cansancio.
Es
importante descansar lo máximo posible por las noches.
Las náuseas también pueden ser
normales en esta primera etapa. Mareos y vómitos, sobre todo por las mañanas, pueden ser provocados por el cambio hormonal, el excesivo agobio y la
tensión acumulada. No debes preocuparte, dado que forma
parte de tu sistema de defensas en esta etapa.
Por
otro lado, comenzarás a notar un considerable El aumento de los pechos, comienzan a crecer, aumentan su
sensibilidad y la areola comienza a obscurecerse: el cuerpo se prepara para la
posterior lactancia. Psicológicamente, también los primeros meses pueden
afectar a la conducta con los demás y crear una imprevista inestabilidad emocional: el sentido de la responsabilidad, la
alegría de ser un niño buscado, el miedo a no saber responder a las
expectativas, etc.
El desarrollo del bebé
La
fase inicial es decisiva para la formación del feto, ya que desde la quinta
semana de embarazo hasta la décima existe el mayor riesgo de malformaciones del
feto. Hasta que no pasan ocho semanas, el bebé es un embrión. Los primeros
bultos que aparecen serán las extremidades, a las que seguirán los órganos, el
cerebro y la médula espinal. A partir del día 25 de gestación, su corazón
comienza a latir. Al cabo de un mes el bebé medirá alrededor de 9 mm . y pesará 0,5 grs.
En
el transcurso del segundo mes se
forman los órganos casi por completo: crecen los dedos de las manos y de los
pies, las muñecas y los tobillos. El bebé ya pesa unos cinco gramos y mide
cuatro centímetros. Acabando el trimestre, el bebé ya no es un embrión, sino un
feto. Comienzan a salirle unos puntitos que en el futuro serán los dientes de
leche y las uñas.
Aumentará
su peso hasta los 20 grs. y tendrá unos 10 cm . de estatura aproximadamente.
En
cuanto a la madre, experimentará cambios importantes en el físico,
aumentará su peso y deberá adoptar una dieta suave y equilibrada, añadiendo un
aumento importante de vitaminas y minerales, ya que ahora los necesitan dos
personas. Las náuseas y el cansancio se harán más constantes e incómodos. El
ejercicio físico es beneficioso, tanto para la madre como para el feto.
La adaptación al
embarazo
Es
muy importante que, una vez se haya confirmado el embarazo, hacerse a la idea,
no alarmarse y estar serena. Sea buscado o no, tener un niño es una experiencia
bonita y especial.
Hay
mujeres a las que les cuesta convencerse de que están embarazadas, sin embargo,
otras sienten que han concebido antes de tenerlo confirmado. Evidentemente, el
carácter de la madre tiene mucho que ver. Una vez que existe plena conciencia
de ello, las formas de afrontarlo pueden ser muy diferentes, dependiendo del
tipo de persona que afronte la situación.
Algunas
mujeres pueden sentir un aumento de energía y un sentimiento de bienestar,
encontrando satisfactorios los primeros meses de gestación. Otras pueden
sentirse cansadas y excesivamente sensibles. En este sentido, cada embarazo es
distinto, por lo que los efectos y las reacciones también lo son.
2.- El segundo trimestre
Durante
los meses cuarto, quinto y sexto, el feto empieza a formar pelo, cejas,
pestañas y brotes dentarios. El latido cardíaco es mucho más fuerte y funcionan
muy bien los sistemas digestivos y excretor.
Como
resultado del gran crecimiento, el peso del feto se multiplica por 10, tanto
que al finalizar este período, pasó de 90 a unos 870 gramos . El aumento
de la masa corporal posibilita que la madre pueda percibir claramente los
golpes de brazos y piernas.
El
cerebro progresa apreciablemente ya que aumenta 6 veces su tamaño y demuestra
una madurez espectacular. El electroencefalograma muestra ya picos de actividad
parecida al recién nacido. Este avance posibilita la progresiva maduración de
funciones básicas como la respiración, esquemas del sueño y es uno de los
factores críticos para alcanzar la viabilidad entre las semanas 20 y 26.
Otro
factor crucial es el peso. Un feto de 22 semanas y un peso de alrededor de 600
grs. en las mejores condiciones de atención, tiene un 20% de posibilidades de
supervivencia, y uno de 26 semanas con un peso de 900gs, un 80%.
3.- El tercer trimestre
Mientras
el primer trimestre es el período de construcción de las estructuras básicas y
el segundo el de la maduración de los órganos esenciales que hacen posible la
supervivencia, el tercero es el período de la maduración prenatal final.
Un
niño nacido al comienzo del mismo es una criatura diminuta que requiere de
todos los cuidados, mientras que uno nacido al final es un recién nacido
vigoroso, preparado para crecer sano y fuerte en su casa, tomando la leche de
su madre y sin la ayuda de expertos ni asistencia técnica.
Existen
dos acontecimientos importantes en el aparato respiratorio y cardiovascular. En
los últimos meses los pulmones comienzan a expandirse y se ejercitan los
músculos de la respiración siendo el líquido amniótico un sustituto del aire.
Las válvulas cardíacas maduran finalmente y el corazón está preparado para
funcionar en forma autónoma.
El
desarrollo cerebral también es notable. Después de las 29 semanas el cerebro
raramente está completamente inactivo. A la semana 34 el cerebro revela claros
ritmos de sueño y vigilia. Además, durante estos meses finales el feto aumenta
claramente de tamaño y de 900
gramos pasa a unos 3000 o más al final del trimestre.
Gran
parte de la adquisición de peso se debe a la acumulación de grasa corporal que
actuará como capa protectora. El acopio de proteinas, hierro y calcio servirán
para soportar los primeros días de vida cuando el flujo de leche de su madre no
sea todavía suficiente. Así, hasta que llegue la fecha señalada, 38 semanas o
266 días desee la concepción, cada semana de vida prenatal cuenta, ya que
aumenta la posibilidad no sólo de supervivencia sino de una infancia saludable.
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