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martes, 15 de enero de 2013

76.- LOS TRIMESTRES DEL EMBARAZO

                 
                                           1.- Primer trimestre
Cuando el ginecólogo te confirma tu sospecha de embazo, la alegría, la ilusión y el nerviosismo aparecen en tu vida. Dentro de nueve meses darás a luz a una nueva criatura, con la que vivirás momentos especiales e inolvidables.
La maternidad provoca alteraciones importantes en el organismo, físicas y psicológicas. Por eso, conviene conocer perfectamente a qué nos enfrentamos, para que lo llevemos con normalidad, sin problemas y de la mejor manera posible.

El primer trimestre es la etapa de las incomodidades. El cuerpo sufre alteraciones hormonales muy fuertes que se notan en el día a día. Estos tres primeros meses están llenos de molestias; es cuando el feto comienza a formarse y el carácter puede cambiar drásticamente, para bien o para mal.

Los principales síntomas
La fatiga es un síntoma muy común. En el primer trimestre, el cuerpo crea la placenta y realiza muchos esfuerzos para la formación del embrión, por lo que es muy común que se experimente una sensación exagerada de cansancio.
Es importante descansar lo máximo posible por las noches.
Las náuseas también pueden ser normales en esta primera etapa. Mareos y vómitos, sobre todo por las mañanas, pueden ser provocados por el cambio hormonal, el excesivo agobio y la tensión acumulada. No debes preocuparte, dado que forma parte de tu sistema de defensas en esta etapa.
Por otro lado, comenzarás a notar un considerable El aumento de los pechos, comienzan a crecer, aumentan su sensibilidad y la areola comienza a obscurecerse: el cuerpo se prepara para la posterior lactancia. Psicológicamente, también los primeros meses pueden afectar a la conducta con los demás y crear una imprevista inestabilidad emocional: el sentido de la responsabilidad, la alegría de ser un niño buscado, el miedo a no saber responder a las expectativas, etc.

El desarrollo del bebé
La fase inicial es decisiva para la formación del feto, ya que desde la quinta semana de embarazo hasta la décima existe el mayor riesgo de malformaciones del feto. Hasta que no pasan ocho semanas, el bebé es un embrión. Los primeros bultos que aparecen serán las extremidades, a las que seguirán los órganos, el cerebro y la médula espinal. A partir del día 25 de gestación, su corazón comienza a latir. Al cabo de un mes el bebé medirá alrededor de 9 mm. y pesará 0,5 grs.
En el transcurso del segundo mes se forman los órganos casi por completo: crecen los dedos de las manos y de los pies, las muñecas y los tobillos. El bebé ya pesa unos cinco gramos y mide cuatro centímetros. Acabando el trimestre, el bebé ya no es un embrión, sino un feto. Comienzan a salirle unos puntitos que en el futuro serán los dientes de leche y las uñas.
Aumentará su peso hasta los 20 grs. y tendrá unos 10 cm. de estatura aproximadamente.
En cuanto a la madre, experimentará cambios importantes en el físico, aumentará su peso y deberá adoptar una dieta suave y equilibrada, añadiendo un aumento importante de vitaminas y minerales, ya que ahora los necesitan dos personas. Las náuseas y el cansancio se harán más constantes e incómodos. El ejercicio físico es beneficioso, tanto para la madre como para el feto.

La adaptación al embarazo
Es muy importante que, una vez se haya confirmado el embarazo, hacerse a la idea, no alarmarse y estar serena. Sea buscado o no, tener un niño es una experiencia bonita y especial.
Hay mujeres a las que les cuesta convencerse de que están embarazadas, sin embargo, otras sienten que han concebido antes de tenerlo confirmado. Evidentemente, el carácter de la madre tiene mucho que ver. Una vez que existe plena conciencia de ello, las formas de afrontarlo pueden ser muy diferentes, dependiendo del tipo de persona que afronte la situación.
Algunas mujeres pueden sentir un aumento de energía y un sentimiento de bienestar, encontrando satisfactorios los primeros meses de gestación. Otras pueden sentirse cansadas y excesivamente sensibles. En este sentido, cada embarazo es distinto, por lo que los efectos y las reacciones también lo son.

2.- El segundo trimestre
Durante los meses cuarto, quinto y sexto, el feto empieza a formar pelo, cejas, pestañas y brotes dentarios. El latido cardíaco es mucho más fuerte y funcionan muy bien los sistemas digestivos y excretor.
Como resultado del gran crecimiento, el peso del feto se multiplica por 10, tanto que al finalizar este período, pasó de 90 a unos 870 gramos. El aumento de la masa corporal posibilita que la madre pueda percibir claramente los golpes de brazos y piernas.
El cerebro progresa apreciablemente ya que aumenta 6 veces su tamaño y demuestra una madurez espectacular. El electroencefalograma muestra ya picos de actividad parecida al recién nacido. Este avance posibilita la progresiva maduración de funciones básicas como la respiración, esquemas del sueño y es uno de los factores críticos para alcanzar la viabilidad entre las semanas 20 y 26.
Otro factor crucial es el peso. Un feto de 22 semanas y un peso de alrededor de 600 grs. en las mejores condiciones de atención, tiene un 20% de posibilidades de supervivencia, y uno de 26 semanas con un peso de 900gs, un 80%.

3.- El tercer trimestre
Mientras el primer trimestre es el período de construcción de las estructuras básicas y el segundo el de la maduración de los órganos esenciales que hacen posible la supervivencia, el tercero es el período de la maduración prenatal final.
Un niño nacido al comienzo del mismo es una criatura diminuta que requiere de todos los cuidados, mientras que uno nacido al final es un recién nacido vigoroso, preparado para crecer sano y fuerte en su casa, tomando la leche de su madre y sin la ayuda de expertos ni asistencia técnica.
Existen dos acontecimientos importantes en el aparato respiratorio y cardiovascular. En los últimos meses los pulmones comienzan a expandirse y se ejercitan los músculos de la respiración siendo el líquido amniótico un sustituto del aire. Las válvulas cardíacas maduran finalmente y el corazón está preparado para funcionar en forma autónoma.
El desarrollo cerebral también es notable. Después de las 29 semanas el cerebro raramente está completamente inactivo. A la semana 34 el cerebro revela claros ritmos de sueño y vigilia. Además, durante estos meses finales el feto aumenta claramente de tamaño y de 900 gramos pasa a unos 3000 o más al final del trimestre.
Gran parte de la adquisición de peso se debe a la acumulación de grasa corporal que actuará como capa protectora. El acopio de proteinas, hierro y calcio servirán para soportar los primeros días de vida cuando el flujo de leche de su madre no sea todavía suficiente. Así, hasta que llegue la fecha señalada, 38 semanas o 266 días desee la concepción, cada semana de vida prenatal cuenta, ya que aumenta la posibilidad no sólo de supervivencia sino de una infancia saludable.




          

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