Pocas horas después de la concepción
el cigoto se desplaza por las trompas de Falopio hasta llegar al útero para
comenzar el proceso de división y
crecimiento celular. Por lo menos hasta la cuarta división cada una de las
células es idéntica a la otra, pudiéndose convertir cada una de ellas en un ser
humano completo.
Pronto aparece un tercer proceso, la diferenciación, que se
añade a la simple duplicación y división. Según un calendario genético,
diversas células comienzan a especializarse y a reproducirse a ritmos
diferentes, respondiendo a su función programada.
La primera diferenciación aparece
al séptimo día de la concepción cuando las células que siguieron multiplicándose
(ahora más de 100) se separan en dos grupos distintos:
Las células exteriores, formando un círculo protector que se convertirá en la placenta.
Las células interiores formando un núcleo que se convertirá en embrión.
Las células exteriores, formando un círculo protector que se convertirá en la placenta.
Las células interiores formando un núcleo que se convertirá en embrión.
La implantación del embrión en la placenta es la primera función de las células
exteriores; pero ésta, dista mucho de ser automática, dado que
se estima que el 58% de las concepciones naturales fracasan por una
implantación inadecuada.
Una vez conseguida la misma, ésta
desencadena una serie de cambios
hormonales en la mujer que detienen la menstruación, aumentan la irrigación
mamaria y elevan ligeramente la temperatura corporal así como otros que
ayudarán a desarrollar la nueva vida.
El éxito de la implantación marca
el final del crecimiento más rápido y de la transición más peligrosa de toda la
vida.
Esta primera interacción que
supone una dieta sana, recibir atención prenatal, y otros muchos cuidados,
depende en parte, de la relación de la
pareja, del nivel socioeconómico, de la edad de la madre, así como da la forma
como se ha querido y planificado el embarazo.
2.- El Período
Embrionario: Desde
la tercera semana hasta la octava.
En este período algunas células
forman el disco embrionario que consiste en tres capas. La capa externa se
convertirá en la piel y el sistema nervioso. La capa intermedia se convertirá
en músculos, huesos y los sistemas circulatorio, excretor y reproductor. La
capa interna se convertirá en los elementos de los sistemas digestivo y
respiratorio. En tanto, la capa externa inicia el desarrollo del tubo neural.
Durante todo el período
embrionario el desarrollo sigue en dos sentidos. Céfalo-caudal y próximo-distal.
Así, se originan en primer lugar los órganos y partes del cuerpo más vitales,
antes que las extremidades.
En la cuarta semana de la gestación se
comienzan a formar la cabeza y los vasos sanguíneos. El primitivo
corazón comienza a latir, por lo que el primer sistema que funciona es el
cardiovascular.
Al finalizar el primer mes ya están formados: ojos, oídos, nariz, boca y los brotes
de ambos brazos y piernas, junto a un apéndice en forma de cola que se prolonga
desde la espina dorsal. El embrión mide aproximadamente 5 mm de longitud y es
aproximadamente 7000 veces el tamaño del cigoto que era 28 días antes.
Hacia la quinta semana ya se
diferencia el encéfalo en anterior, medio y posterior y comienza la formación
de la médula espinal y de los nervios periféricos. El ritmo de crecimiento es
tan acelerado que hace que el Sistema Nervioso Central sea muy vulnerable a los
procesos productores de malformaciones, durante toda la gestación.
En el segundo mes, siguiendo la secuencia próximo-distal, aparecen la parte superior de
los brazos, antebrazos y dedos. Unos días después tendrán el mismo desarrollo
los miembros inferiores, todos con el inicio de una estructura esquelética. Al
final del segundo mes los dedos de las manos y los pies comienzan a separarse.
Ocho semanas después de la
concepción el embrión pesa aproximadamente un gramo, y tiene una longitud de
unos 2,5 cm .
La cabeza se hace más redonda y los rasgos de la cara están completamente
formados. El embrión tiene todos los órganos básicos formados excepto los
sexuales y posee todas las características de un ser humano.
El período fetal: desde la novena semana hasta el
nacimiento.
Durante el tercer mes se desarrollan los músculos y el cartílago comienza a ser
sustituido por hueso. Todos los órganos principales completan su formación.
Prosigue el desarrollo pulmonar con la subdivisión sucesiva de bronquios y
bronquíolos así como la rotación del tubo digestivo en el abdomen.
En este período los órganos
sexuales comienzan a adquirir rasgos reconocibles. La primera fase de su
desarrollo había tenido lugar en la sexta semana, como gónada indiferente. Si
el feto es masculino, el cromosoma Y envía una señal bioquímica que desencadena
el desarrollo de los testículos hacia la semana siete y el resto de los órganos
sexuales en el período fetal. Si el embrión es femenino esta señal no se
produce y el feto desarrolla órganos femeninos a partir de la semana novena. Los genitales externos no están totalmente
formados hasta después de la semana doce.
Finalizando el tercer mes el feto ya se puede mover, dar patadas, succionar su
pulgar, fruncir el ceño y cerrar sus ojos. Traga líquido amniótico, lo digiere
y orina. Esta pequeña criatura asombrosamente activa que está completamente
formada, incluso con sus huellas dactilares, pesa alrededor de 90gs con una
estatura de 7,5 cm
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