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sábado, 27 de agosto de 2011

57.- LAS RELACIONES HOMOSEXUALES

La persona es mucho más que sexo
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, como varón y hembra. Los seres humanos somos criaturas de Dios llamadas a reflejar en la complementariedad de los sexos la singular tarea de transmitir la vida a nuevos seres.
La complementariedad no sólo está abierta a la vida sino también a todos los aspectos de la misma, expresados en una recíproca y placentera donación.
El ser humano no es sólo cuerpo, es mucho más. El cuerpo no es algo que tiene la persona, sino una parte de ella, que la sobrepasa, en la que vive y con la que se expresa; con el cuerpo nos comunicamos unos con otros; con el cuerpo transmitimos las vivencias, los sentimientos y afectos que experimentamos; y con el cuerpo expresamos nuestras relaciones amorosas personales.
La sexualidad es la dimensión de la persona que le permite existir, expresarse, gozar y sufrir como masculino y femenino.

El cuerpo no es una posesión
El cuerpo no es algo que pertenece, en el sentido de ser dueño de él y poder hacer con él y de él lo que venga en gana, como se puede hacer con las cosas que son una posesión, como el dinero o el coche. El cuerpo es mucho más. Es la parte física de la persona, en la que se sustenta la parte espiritual. La persona no puede existir, como tal, sin la estrecha vinculación de ambas partes.
La dignidad de la persona obliga, por pura ética natural, a tratar a todas las partes de la persona, y por tanto, a todas las partes del cuerpo, con el respeto debido. Esto quiere decir que cada parte del cuerpo sólo debe ser usada para la función que le es propia, indicada por la propia naturaleza, y no para otras funciones distintas.
Concretando más todavía: La dignidad de la persona exige usar la boca para hablar y alimentarse, los oídos para oír, los ojos para ver, el ano para defecar y el pene masculino y la vagina femenina para las relaciones íntimas.

Las relaciones homosexuales
En las relaciones íntimas de un hombre con otro hombre o de una mujer con otra mujer se dan una serie de actos en los que usan partes del cuerpo para funciones distintas de las marcadas por la naturaleza, lo que conlleva la anulación del significado natural de la realidad sexual.
No es asumible, en buena ética, la opinión según la cual la actividad homosexual es equivalente e igualmente aceptable que la expresión sexual del amor conyugal.

¿Qué es la homosexualidad?
La comunidad científica está dividida en cuanto a definir la homosexualidad. Para unos, es una opción natural de la sexualidad. Para otros, la homosexualidad es un desorden de la personalidad; últimamente, algunos estudios la definen como una neurosis de la conducta.
Homosexual es la persona que satisface sus deseos sexuales con una persona del mismo sexo. Los ha habido siempre, hombres y mujeres, unas veces mimados por la sociedad y otras perseguidos y maltratados.
En España, los homosexuales y lesbianas fueron muy mal vistos, perseguidos y maltratados hasta la llegada de la democracia; después se les ha dado carta blanca, manifiestan públicamente sus “salidas del armario”, tienen un día propio para reivindicar y celebrar su homosexualidad, el día del “orgullo gay”, están de moda en las cadenas de televisión, públicas y privadas, donde hacen ostentación de su condición, y, lo más “progre”: se ha legalizado el “matrimonio” entre homosexuales.

El homosexual, ¿nace o se hace?
Conviene distinguir dos tipos de homosexualidad: la permanente y la puntual.

La homosexualidad permanente
Se da en aquellos que, teniendo cuerpo de varón o de mujer, se sienten a sí mismos como pertenecientes al otro sexo. "Hombres" con cuerpo de mujer o "mujeres" con cuerpo de hombre.
La existencia de esta homosexualidad permanente está fuera de toda duda, lo difícil es estimar la cantidad de afectados. Un estudio reciente señala que es un trastorno emocional que se manifiesta en la infancia y la adolescencia, que procede de relaciones intrafamiliares anormales.

La homosexualidad puntual
Es la que se puede adquirir en sitios o lugares en los que sólo se trata con personas del mismo sexo, como prisiones, cuarteles, colegios, etc.
Algunas de estas personas pueden tener episodios de homosexualidad, que suelen desaparecer tan pronto pueden contactar con el otro sexo. La gravedad de esta homosexualidad transitoria no está tanto en los episodios puntuales, sino en su posible degeneración en una costumbre viciosa, convirtiéndose en permanente.




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