98.- Perfil social y afectivo del niño de 3-4 años
99.- Familia y educación
100.- Diez pautas para educar mejor
101.- Las rabietas
102.- La función educativa de los padres
103.- Dotar de recursos a nuestros hijos
104.- El lenguaje en niños de 3-4 años
105.- Perfil social y afectivo a los 5 años
106.- Cómo mejorar la atención en los niños
107.- Enseñar a leer y a escribir
108.- El valor de la lectura
129.- ¿Se debe castigar a los niños y niñas?
Desarrollo físico:
Aumenta su talla entre 6
a 8
cm por año.
Aumenta el peso considerablemente.
Completa la dentición y controla los
exfínteres.
El cuerpo es funcionalmente asimétrico
con un lado dominante.
Mayor independencia
Durante la llamada “crisis del
desarrollo” el niño demanda autonomía y menor dependencia del adulto.
El
niño de 3
a 4 años
realiza muchas acciones por si solo, demostrando su mayor independencia.
Comienza a diferenciar el color, la forma y el tamaño de los objetos
utilizándolos según sus propiedades, durante las actividades motrices.
En
ocasiones comparte sus juguetes y realiza algunas acciones en pequeños grupos:
lanzar o rodar la pelota en parejas, caminar en grupos pequeños cogidos de las
manos, dar vueltas en parejas, etc.
Es
capaz de ocupar roles en el juego, por ejemplo: hace como si fuera el chofer y
utiliza el aro como timón. Le gusta mucho imitar los objetos y fenómenos de la
realidad, ejemplo: imita que conduce autos, aviones, reproduciendo muchas
acciones de la vida cotidiana, por lo que es sumamente importante facilitar al
niño el contacto con todo el mundo exterior, a fin de que pueda adquirir
suficientes y diferentes vivencias de la realidad.
Mayor
curiosidad
Resalta
la curiosidad del niño por todo lo que le rodea, con frecuencia pregunta el por
qué de las cosas. Quiere conocerlo todo, saber el nombre de los objetos y su
utilidad..
Mayor
motricidad
La
mayoría de los niños cuando saltan de esta forma, caen con poca
estabilidad y se observan las piernas extendidas en la caída. La
motricidad evoluciona a medida que aumenta la capacidad de movimientos.
Hace algunas acciones de cooperación con
otros de su edad, en ocasiones comparten sus juguetes
La
intervención del adulto
Si el adulto interviene, y debe hacerlo ante
logros no totalmente conseguidos como subir y bajar escalones, saltar pequeñas
alturas, caminar por planos elevados, etc. desagrada al pequeño/a y origina
conflictos.
El
adulto debe ser muy observador de toda actividad, debiendo evitar que cargue o
traslade objetos de peso, así como intervenir cuando haga la misma acción
reiterativamente, sin la alternancia de los miembros, tanto superior como
inferior, ejemplo: saltar con un solo pie, lanzar con una mano.
Los
saltos desde alturas deben realizarse cayendo en superficies suaves (colchón,
césped, arena). Con estas precauciones protegemos las articulaciones, que en
esta edad tienen predominio de tejido cartilaginoso, gracias a lo cual se
produce el crecimiento.
La
intervención del adulto puede estar orientada a proponer al niño algunas tareas
y juegos que beneficien el desarrollo de su postura, lo que se logra mediante
diferentes actividades que contengan tareas de equilibrio, como: caminar
libremente llevando un objeto (sin peso) en la cabeza, caminar por líneas
trazadas en el piso, por cuerdas, tablas, bancos, muros; rodar pelotas pequeñas
o conos con uno y otro pie, caminar por terrenos con desnivel en su superficie,
bajar y subir obstáculos de diferentes alturas, mantenerse en uno o dos pies
sobre objetos pequeños.
El adulto debe ofrecer confianza y
seguridad en los lugares potencialmente peligrosos, ofrecerle ayuda cuando la
requiera, estimulándole a superar los obstáculos con el propio esfuerzo.
Todas
estas características deben considerarse como generales y, por tanto, aunque un
niño esté en este grupo de edad sus características psicomotrices pueden variar
de acuerdo a las particularidades de su desarrollo. De ahí la importancia de
tener en cuenta las diferencias individuales.
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