¿Qué
es leer?
Leer
es el proceso que lleva a cabo la comprensión del lenguaje
escrito.
Históricamente
la capacidad de leer ha supuesto una herramienta para adquirir y
comunicar información tanto escrita como impresa.
La
capacidad de leer ha dejado de contemplarse como una capacidad
adquirida únicamente en la infancia, sino que es un conjunto de
conocimientos, destrezas y estrategias que los individuos pueden
aprender y desarrollar a lo largo de la vida.
Métodos
para enseñar a leer: [1]
Tradicionalmente
se habla de dos
métodos en
el aprendizaje de la lectura, a veces, presentados como contrapuestos
e incompatibles, pero que, en realidad, son complementarios. Se trata
de los métodos analítico y el global.
El método
analítico
Se
basa en un proceso de análisis de
lo que se percibe a través de la visión. En la palabra “pato”,
mirándola de izquierda a derecha, lo primero que vemos es una “p”
seguida de una “a” y juntas se lee “pa”.
Este es
el método más usado para aprender español y en el que se
basan la gran mayoría de metodologías. Sin embargo, no es una tarea
tan sencilla como pudiera parecer en un primer momento.
Por
un lado, hay que aislar las e individualizarlas en el entramado de
líneas curvas y rectas que forman la palabra. Luego, a cada letra
(grafema) hay que atribuirle un sonido (fonema).
La
relación entre la letra escrita y su sonido es unívoca, es decir,
ese sonido es la única forma de leer esa letra. Sin embargo, no
ocurre lo mismo al contrario, puesto que hay sonidos que se pueden
escribir de varias maneras (vaca y baca; a y ha; hay, ahí y ay).
Esto es causa de muchas faltas de ortografía. El proceso analítico
no es completo porque sólo da acceso a una lectura mecánica, que
nada dice del significado de esa palabra. Esta deficiencia la suple
el método global.
El
método global
Se
basa en un proceso de síntesis y asocia
un significado a la palabra escrita.
Se trata de la otra cara de la moneda del análisis, por tanto es
inseparable del proceso anterior y necesario para aportar el
significado.
Desde
esta perspectiva, la palabra escrita se percibe como un todo con una
forma asociada a un significado. Muchos niños al ver la palabra stop
saben perfectamente cómo se pronuncia y qué significa,
mucho antes de ser capaces de reconocer por separado cada una de sus
letras y de saber qué sonido corresponde a cada una.
Las
palabras requieren una capacidad de discriminación más compleja que
las letras, pero son las verdaderas unidades con significado del
lenguaje hablado y los espacios entre ellas facilitan enormemente que
el niño las vea como una globalidad.
El
proceso de síntesis añade velocidad lectora en aquellos niños que
han seguido un buen proceso analítico, puesto que el aporte del
significado es un elemento de motivación indispensable, es el fin
último de la lectura.
¿Qué
método es el mejor para los niños?
Lo
cierto es que en el colegio durante la educación infantil (3,4,5
años) se suele hacer una aproximación a la lectura usando el método
global: se enseñan palabras asociadas a imágenes, se observan
semejanzas entre palabras (elefante y estrella empiezan por la misma
letra), etc.; y, ya en educación primaria ( a partir de los seis
años), se inicia un análisis de los segmentos de las palabras: el
silabeo (pa- pe-pi- po –pu).
Tanto
el método analítico como el global son válidos para desarrollar la
capacidad lectora y ambos son necesarios para una lectura de
calidad. Que
insistamos más en uno u otro dependerá de las necesidades del niño
en cada momento del desarrollo de dicha capacidad.
CAMINOS
A SEGUIR PARA ENSEÑAR A LEER:
Acostumbra
a tus hijos a leer desde pequeños. Lo
ideal es acostumbrar a tus hijos a la lectura desde pequeños. Es
aconsejable que les leas desde que están en la cuna, no sólo les
relajará, sino que además conseguirás que se acostumbren a la
presencia de los libros.
Siéntate
son ellos. Cuando
tus hijos estén aprendiendo a leer, lee con ellos. Ayúdales, y
sobre todo, ¡haz que se lo pasen bien leyendo! Al fin y al cabo, la
lectura debería de ser un placer, no una obligación.
Si
tú lees, tus hijos leen. Si
estás leyendo un libro, lee donde tus hijos te puedan ver. Si tus
hijos te ven leer, lo más seguro es que ellos lean también.
No te olvides de los comics. Una buena idea es que les animes a leer comics. Las viñetas les atraen y, poco a poco, leerán el contenido.
Regala a tus hijos libros relacionados con sus aficiones. Si tu hijo tiene un hobbie, otra buena idea es regalarle un libro relacionado con el mismo para que disfrute leyendo. De esta manera verá que leer no tiene por qué ser aburrido.
Y TAMBIÉN PARA ENSEÑAR A ESCRIBIR
Anima a tus hijos a dibujar desde pequeños. Escribir no es otra cosa que dar forma a nuestro pensamiento, pero no hace falta saber escribir para representar nuestro pensamiento. Cuándo un bebé hace un dibujo, está poniendo en práctica su capacidad de abstracción, es decir, de dar forma a sus pensamientos. Anima a tus hijos a que pinten y dibujen desde antes de que empiecen a andar. Sus garabatos actuales pueden transformarse en hermosos cuadros en el futuro.
Empieza por las vocales. La escritura se compone de palabras, y éstas de letras, cada una de las cuáles representa un sonido. Cuando tus hijos empiecen a hablar, ayúdales a comprender que cada sonido se corresponde con una letra distinta. Empezar con las vocales suele resultar más fácil. Siéntate con tu hijo y traza con él las letras en un papel en blanco una y otra vez hasta que lo sepa hacer sólo. Cómprale cuadernos de caligrafía y enséñale a seguir el trazo marcado para cada letra; es la única forma de que, cuando sea adulto, tenga una letra preciosa.
Sigue con las consonantes. El siguiente paso es sentarte con tu hijo y enseñarle las consonantes. Que le quede claro que cada consonante y su respectivo sonido se corresponde con una letra. Siéntate con él y traza en un papel en blanco las letras una y otra vez hasta que lo sepa hacer sólo.
¡A escribir palabras! Ya has enseñado a tu hijo a escribir las vocales y las consonantes. Lo siguiente es enseñarle a combinarlas, es decir, a escribir palabras. Una palabra no es otra cosa que una representación de un concepto, y es importante que nuestro pequeño lo tenga claro.
Una buena idea darle un folio con una foto de un objeto sencillo y hacer que escriba el nombre de dicho objeto. Por ejemplo, dibujar una casa en un folio y hacer que escriba la palabra “casa”.
Todo es cuestión de entrega, tiempo y mucha paciencia. ¡Vale la pena!
[1] Este
tema es más propio del ciclo anterior; lo he incluido en éste para
formar un todo con el siguiente: EL VALOR DE
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