Segunda entrega de valores cívicos:
LIBERTAD
El
diccionario de la RAE define la libertad, en su
primera
acepción:
“Facultad
natural que tiene el
hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es
responsable de sus actos”.
Comentario:
La
libertad, considerada como facultad
de DECIDIR
es un valor
definitorio
de la persona, que le permite alcanzar su máxima grandeza o
su mayor degradación.
Es el don más valioso, el
que le hace verdaderamente humano, pues
toda
persona es libre en lo más profundo de su ser.
La
facultad de decidir está emparejada con la RESPONSABILIDAD,
es decir, la
persona
que toma una decisión
se
hace responsable de la decisión y de sus consecuencias.
El
ser humano es un ser en desarrollo que se construye y conforma a sí
mismo en cada una de sus decisiones. Todas
las decisiones dejan su huella en el interior del ser humano, más o
menos profundas según la importancia de la decisión.
CONQUISTA
DE LA VERDADERA LIBERTAD INTERIOR
Es
ley de vida que el ser humano quiera liberarse de lo que bloquee su
desarrollo normal e impida dar sentido a su vida. Descubrir en qué
consiste la verdadera libertad es un proceso de la formación humana,
un descubrir
que, incluso en las
circunstancias externas más adversas, el ser humano dispone en su
interior de un espacio de libertad que nadie puede arrebatarle.
1.-
Libertad
exterior
1.1.-
“Poder moverse es el primer nivel
de esta libertad”.
El
bebé, en su cuna, tiende a moverse y se frustra si no puede
hacerlo. El niño perfecciona sus
potencias y la pone en acción; se frustra si no puede hacerlo. El
adolescente exige cada día una cuota mayor de libertad de
movimientos. El adulto desea desplegar
su libertad en espacios ilimitados de tiempo y lugar para llevar a
cabo sus proyectos, ilusiones y sueños.
De
ahí proviene la angustia de los encarcelados, los cuales carecen de
libertad para ejercitar sus potencias naturales. La cárcel se
convierte en un encierro asfixiante.
La
primera forma de libertad es la capacidad de ejercitar, sin trabas,
las potencias naturales: caminar, ver, oír, hablar, pensar,
proyectar, etc.
1.2.-
“El segundo nivel de libertad es
que el objetivo sea posible ”.
El
ejercicio de las potencias naturales está sujeto a “la libertad de
lo posible”. Un objetivo es posible:
1º Cuando se tienen los conocimientos científicos y técnicos necesarios.
1º Cuando se tienen los conocimientos científicos y técnicos necesarios.
2º
Cuando se dispone de medios económicos suficientes.
3º
Cuando se puede elegir una de las diversas formas de
llegar a dicho objetivo.
4º
Cuando el uso de la libertad no limita las libertades de los demás.
En
caso contrario, el objetivo es imposible.
1.3..-
“El
tercer nivel de libertad es el logro de
la libertad interior”
El
filósofo Diógenes dijo al emperador Alejandro Magno: “Sois el
siervo de mis siervos”. ¿Qué quería decir? Alejandro había
conquistado gran parte del mundo, pero no había conquistado su mundo
interior, porque era siervo del miedo, la lujuria, el poder, la
soberbia y la ira, cosas de las que Diógenes se había liberado.
Una
persona que, como Alejandro Magno, pueda disponer de total libertad
de movimiento (nivel 1º) y de todos los medios (lo cual es harto
difícil) para que su objetivo sea posible (nivel 2º), podría
pensar que ya es totalmente libre, pero,
¿lo es, de verdad? En el interior de cada persona pueden cohabitar
los más altos valores y las miserias más profundas.
1.3.1.-
No
serás
totalmente libre
hasta que te liberes de tu mochila negativa repleta de miedos,
dudas, represiones, manipulaciones, ansiedades, nerviosismos y
tensiones. Te recomiendo que medites lentamente lo dicho en
“Autocontrol” en mi artículo “Valores
personales I”.
1.3.2.- Serás totalmente libre
cuando te centres en tu escala de valores positivos, veas qué valor
ocupa el primer lugar porque es el que te entusiasma y da fuerza
para realizarlo en tu vida.
En
mi artículo “Creencias
y valores” hablo
de “la jerarquización de los valores”, de “la escala de
valores” y de su carencia; te puede ser muy útil.
Tu
escala de valores debe ser motor y guía de tu vida, la que le dé
pleno sentido y te lleve a la madurez como persona.
Para
recordar: “Entre el estímulo y la respuesta hay un
espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra
respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra
libertad”
RESPETO:
Es
un sentimiento de admiración, aprecio y reconocimiento hacia sí
mismo o hacia los demás.
Hacia
sí mismo: Se manifiesta cuando es uno mismo quien guía su
vida, sus pensamientos y acciones.
El
que se respeta a sí mismo se acepta tal cual es, con sus defectos y
sus virtudes; ama la propia vida y las múltiples posibilidades que
ésta ofrece. El respeto a sí mismo va unido a la aceptación y a la
autoestima.
El
que no se respeta a sí mismo se hace incapaz de respetar a los
demás.
Hacia
los demás: Se manifiesta cuando
sentimos admiración, aprecio y reconocimiento por alguien con quien
coincidimos en valores e ideas o, lo que
es más difícil y meritorio, tener el mismo sentimiento a pesar de
la no coincidencia.
Este
segundo sentido nos lleva a ser tolerantes, a respetar a los que
profesan una religión distinta a la nuestra o tienen un estilo de
vida diferente al nuestro. Es el respeto a la persona
diferente aunque puede darse el caso de no estar de acuerdo con las
diferencia.
El
respeto tiene que ver con la autoridad familiar, si se trata de hijos
y padres o con la autoridad legal si se trata de los ciudadanos y los
gobernantes.
El
respeto se aprende, se gana y puede perderse
Es
un valor que se aprende en la familia desde los más tiernos años.
Los padres no pueden exigir a sus hijos que los respeten sólo porque
son sus padres. El respeto nace de forma natural cuando los hijos
sienten admiración y aprecio por sus padres, porque los padres se lo
ganan con su forma de proceder.
Exigir
respeto conlleva una humillación o un castigo y termina en miedo.
Ter miedo no es respetar.
Frase
para el recuerdo:
“Es
un deber respetar las
ideas
de los demás, también es
un
deber mantener las
propias.”
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