Buenos
días: El 2 de Diciembre de 2015 subí a mi blog
www.familiaeresgrande.blogspot.com
el artículo 138.-OCÚPATE
Y DESPREOCÚPATE.
En
las actuales circunstancias, me viene muy bien (creo que a todos)
aplicarme lo que entonces escribí en general.
1º.-
OCUPARME
(hacer
TODO lo que esté de mi parte)
En
esta crisis del Covid-19 ya lo están haciendo, con mucho sacrificio
y dolor, los diversos profesionales de la medicina, los de servicios
imprescindibles, la Policía, la Guardia Civil y los tres Ejércitos.
Es admirable su actitud. A todos ellos dedico mi aplauso diario alas
8 de la tarde. ¡Mi agradecimiento más profundo! ¡No están solos!
¡LES ACOMPAÑO Y ANIMO!
Y
yo, confinado en casa,¿qué puedo hacer? Muchas
cosas:
A)
Puedo
obedecer
las normas de la Autoridad. Está en juego la salud de todos. ¡YO ME
QUEDO EN CASA!
B)
Puedo
hacer
todo,
menos amargarme. Es un tiempo propicio para la reflexión personal,
para animarme y animar a mis familiares, amigos y conocidos, para
darles ánimo, para dedicarme más a la familia, para leer, etc. ¡QUÉ
BUENO CREAR UNA RED DE SOLIDARIDAD Y ESPERANZA!
Muchos
lo están haciendo: los móviles suenan sin parar, los cantantes famosos o vecinos que de ventana a
ventana organizan sus cánticos, sus orquestas o sus juegos.
C)
Como
creyente puedo,
además, orar y pedir al Padre celestial que escuche las
plegarias de su pueblo ante esta crisis. ¡La oración es muy
poderosa!
Dice
el Señor:“Cuanto pidiereis al Padre en mi
nombre os lo dará… pedid y recibiréis para que
vuestro gozo sea completo” (Jn 16,23-24). Orar como María y
los Apóstoles quienes “perseveraban unánimes en la oración”
(Hechos 1,14)
Imploro
la misericordia de Dios, “Desde lo profundo de mi corazón
te invoco, Señor, oye mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de
mi súplica” (Salmo 130,1-2)
D)
No
está
a
mi
alcance la
derrota del Covid-19, sí lo está no perder por eso
la paz del alma.
Es
un tesoro que debo preservar.
2º.-
DESPREOCUPARME (tener
paz interior y no vivir amargado por esta dificultad)
Para
conseguirlo,
todos
los días haré lo fijado
en el punto 1º.
Y,
además, algo muy importante:
Traslado
a Dios mis
preocupaciones.
El
Padre se ocupa de mi,
porque me ama (Juan 16,27) y conoce mis necesidades (Lucas 12,30
“Poner
en Él nuestra confianza” (Hebreos 2,13), porque “En
Ti confío. Tú eres mi Dios. En tus manos están mis destinos”
(Salmo 31,15-16). Sé que Él es fiel y no me falla; los padres
humanos, a pesar de nuestra buena voluntad, solemos fallar alguna
vez.
Jesús
se ocupa de mí. Él
es el buen pastor,
me ama, me conoce y me dice: “Soy yo, no temas”
(Mateo 14,27); así puedo suplicarle “Señor, sálvame,
que perezco (Mateo 8,25) y Él me salvará, ya que
me mandó que acudiese a Él, cuando dijo: “ Venid a mí todos
los que estáis atribulados, que yo os aliviaré”
(Mt 8,28)
La
Virgen María, mi madre espiritual, se ocupa de mí. Como
todas las madres, Ella está en todo. En la boda de Caná sacó del
apuro a los novios intercediendo ante Jesús “no tienen vino”(Jn
2,3).
Ella
conoce todo sobre mi, también mis necesidades y, como Madre,
intercede ante su Hijo en mi favor.
Sigo
la recomendación del apóstol San Pablo: “Por nada os
inquietéis, sino que en todo tiempo presentad a Dios vuestras
peticiones “ (Filipenses 4,6)
Mi
propósito es: Ocuparme
y despreocuparme.
No tengo
miedo, el Padre celestial, el Señor Jesús y
la Santísima Virgen María
se ocupan de mí, lo llevan haciendo casi noventa años, los que cumpliré (D.m) el próximo mes de Julio.
¡¡ESTO ME ANIMA Y FORTALECE!!
¡¡ESTO ME ANIMA Y FORTALECE!!
¡¡YO
ANIMO
A
TODOS PARA
QUE, “OCUPADOS Y DESPREOCUPADOS”, TENGÁIS UNA VIDA PLENA!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario