Mi familia

jueves, 2 de abril de 2020

164.- MI ANTÍDOTO CONTRA EL CORONAVIRUS



Buenos días: El 2 de Diciembre de 2015 subí a mi blog www.familiaeresgrande.blogspot.com el artículo 138.-OCÚPATE Y DESPREOCÚPATE.
En las actuales circunstancias, me viene muy bien (creo que a todos) aplicarme lo que entonces escribí en general.
Es el momento de:


1º.- OCUPARME (hacer TODO lo que esté de mi parte)
En esta crisis del Covid-19 ya lo están haciendo, con mucho sacrificio y dolor, los diversos profesionales de la medicina, los de servicios imprescindibles, la Policía, la Guardia Civil y los tres Ejércitos. Es admirable su actitud. A todos ellos dedico mi aplauso diario alas 8 de la tarde. ¡Mi agradecimiento más profundo! ¡No están solos! ¡LES ACOMPAÑO Y ANIMO!

Y yo, confinado en casa,¿qué puedo hacer? Muchas cosas:
A) Puedo obedecer las normas de la Autoridad. Está en juego la salud de todos. ¡YO ME QUEDO EN CASA!

B) Puedo hacer todo, menos amargarme. Es un tiempo propicio para la reflexión personal, para animarme y animar a mis familiares, amigos y conocidos, para darles ánimo, para dedicarme más a la familia, para leer, etc. ¡QUÉ BUENO CREAR UNA RED DE SOLIDARIDAD Y ESPERANZA!
Muchos lo están haciendo: los móviles suenan sin parar, los cantantes famosos o vecinos que de ventana a ventana organizan sus cánticos, sus orquestas o sus juegos.

C) Como creyente puedo, además, orar y pedir al Padre celestial que escuche las plegarias de su pueblo ante esta crisis. ¡La oración es muy poderosa!
Dice el Señor:Cuanto pidiereis al Padre en mi nombre os lo dará… pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea completo” (Jn 16,23-24). Orar como María y los Apóstoles quienes “perseveraban unánimes en la oración” (Hechos 1,14)
Imploro la misericordia de Dios, “Desde lo profundo de mi corazón te invoco, Señor, oye mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica” (Salmo 130,1-2)

D) No está a mi alcance la derrota del Covid-19, sí lo está no perder por eso la paz del alma. Es un tesoro que debo preservar.

2º.- DESPREOCUPARME (tener paz interior y no vivir amargado por esta dificultad)
Para conseguirlo, todos los días haré lo fijado en el punto 1º.
Y, además, algo muy importante:
Traslado a Dios mis preocupaciones.

El Padre se ocupa de mi, porque me ama (Juan 16,27) y conoce mis necesidades (Lucas 12,30
Poner en Él nuestra confianza” (Hebreos 2,13), porque En Ti confío. Tú eres mi Dios. En tus manos están mis destinos” (Salmo 31,15-16). Sé que Él es fiel y no me falla; los padres humanos, a pesar de nuestra buena voluntad, solemos fallar alguna vez.

Jesús se ocupa de mí. Él es el buen pastor, me ama, me conoce y me dice: “Soy yo, no temas” (Mateo 14,27); así puedo suplicarle “Señor, sálvame, que perezco (Mateo 8,25) y Él me salvará, ya que me mandó que acudiese a Él, cuando dijo: “ Venid a mí todos los que estáis atribulados, que yo os aliviaré” (Mt 8,28)

La Virgen María, mi madre espiritual, se ocupa de mí. Como todas las madres, Ella está en todo. En la boda de Caná sacó del apuro a los novios intercediendo ante Jesús “no tienen vino”(Jn 2,3).
Ella conoce todo sobre mi, también mis necesidades y, como Madre, intercede ante su Hijo en mi favor.
Sigo la recomendación del apóstol San Pablo: “Por nada os inquietéis, sino que en todo tiempo presentad a Dios vuestras peticiones “ (Filipenses 4,6)
Mi propósito es: Ocuparme y despreocuparme. No tengo miedo, el Padre celestial, el Señor Jesús y la Santísima Virgen María se ocupan de , lo llevan haciendo casi noventa años, los que cumpliré (D.m) el próximo mes de Julio. 
¡¡ESTO ME ANIMA Y FORTALECE!!
¡¡YO ANIMO A TODOS PARA QUE, “OCUPADOS Y DESPREOCUPADOS”, TENGÁIS UNA VIDA PLENA!!

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