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miércoles, 2 de octubre de 2019

160.- VISION BIBLICA DE LA JUSTICIA (VR IV)


INTRODUCCIÓN

¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
Como virtud social: Lo justo es aquello que debe hacerse de acuerdo a lo que es razonable y equitativo.
Esto supone el consenso social sobre lo que es razonable y equitativo (lo bueno) y lo que no lo es (lo malo).
Como virtud social inclina a la voluntad a dar a cada uno lo suyo, con objetividad.
Según el Derecho: La justicia es la organización judicial de un país para reprimir y castigar los delitos y dirimir las ofensas entre los ciudadanos, de acuerdo a la ley y el derecho.
Implica una determinada codificación en leyes escritas que son aplicadas por tribunales o jueces.


LA LEY DEBE SER:
Justa, es decir, encaminada siempre al bien común; auténtica, es decir, dictada por una autoridad legítima; general, es decir, que sólo busque el beneficio de todos y obligatoria para todos.
Todos iguales ante la ley; esto es lo que debería ser, lo justo; pero, no siempre es así porque los encargados de impartir justicia, en determinadas épocas o acontecimientos, han actuado según les convenía y en función siempre de quien era la persona que tenían que juzgar.
No se puede obviar que, en determinados países y tribunales, el aparato político en el poder sacrifica la justicia por fines políticos y legitima derechos injustos; así, en nombre del Derecho se encubre la injusticia. Por intereses propios se ignoran los derechos de los demás.
Símbolo de la justicia
Es una mujer que porta en la mano una balanza equilibrada y que tiene sus ojos tapados. Se intenta decir que “la justicia es ciega”, que actúa de manera equitativa y siempre tratando por igual a todos los ciudadanos con independencia de su raza, sexo, condición sexual, origen o clase social.
El jurista romano Ulpiano definió la justicia como “la continua y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde”.
Podemos distinguir la justicia distributiva que consiste en distribuir las ventajas y desventajas, según el mérito de los ciudadanos; y la justicia conmutativa que restaura la igualdad perdida, dañada o violada.
Ulpiano nos dejó tres máximas muy claras:
Honeste vivere” (Vivir honestamente): El derecho objetivo (las leyes) y el derecho subjetivo (la acción de los jueces para que un persona pueda exigir a otra que haga o deje de hacer algo) sirven para garantizar la pública honestidad y las buenas costumbres.
Alterum non laedere” (No dañar a nadie ): Eso es ser justo. La alteración del justo equilibrio que lesiona los afectos, las personas y sus bienes, es una lesión en sus derechos que obliga al restablecimiento del orden agredido.
Suum cuique tribuere” (Dar a cada uno lo suyo): Esto es, cumplir los contratos, guardar los pactos y reconocer los derechos de los demás.

VISIÓN BÍBLICA DE LA JUSTICIA
A.- EN EL ANTIGUO TESTAMENTO (AT)
A.1.- LA JUSTICIA DE DIOS
No parece correcto distinguir entre una justicia “del AT” y 0tra “del NT” como si fueran dos cosas radicalmente distintas, o incluso opuestas. El designio amoroso deDios sobre el ser humano tiene en la Sagrada Escritura una revelación progresiva. Dentro de ese designio está la justicia divina cuya comprensión es también progresiva hasta llegar a la justicia revelada en Jesús Desde el principio de la revelación bíblica hubo dos términos que sirvieron para expresar al Dios bíblico: justicia y misericordia. No son términos abstractos, sino que indican una relación personal que se concreta en los actos de justicia o de misericordia que Dios tiene para con su pueblo.
Justicia de Dios significa que protege y libra a sus protegidos de sus calamidades. Muy gráficamente lo expresa el Génesis: Dios es el “Padrino de Isaac” (31,42), y “Jacob juró por el Padrino de su padre Isaac” (31,53). “Gustad y ved cuán bueno es Yavé, dichoso el que se acoge a El” (Sal 34,9).
El rey David expresa en un cántico sus sentimientos por haberle protegido: “Te amo, Yavé, fortaleza mía, eres mi roca, mi ciudadela, mi libertador, mi Dios a quien me acojo, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi asilo” (Sal 18,2-3)
El profeta Isaías habla de la protección de Yavé sobre Jacob: “No temas...porque eres a mis ojos de muy gran estima, no temas porque Yo estoy contigo” (Is 43, 1.4.5)

A.2.-EL DÍA DE YAVÉ
El Día de Yavé no está cronológicamente fijado sino oculto en la voluntad de Dios.
En el Día de Yavé se harán patentes su justicia y su misericordia, para alegría de los creyentes de corazón y terror de los malvados. Este día es descrito por los profetas con crudas imágenes: batallas, tormentas, incendios, gritos, llantos y pánico.
Cuando estas imágenes eran recreadas en su mente por los judíos, llenaban de espanto a los malvados y de esperanza en la misericordia divina a los fieles cumplidores de la ley, porque el mismo Dios que los sacó de Egipto, los condujo por desierto, les prometió una tierra en la que ubicarse y los escogió como pueblo de su heredad, vendrá a ejercer su justicia y su misericordia.
La justicia está escondida a la espera del “Día de Yahvé”, cuando Él se revele del todo y dé a cada uno según sus obras; por ello la justicia humana, más que un conjunto de normas a cumplir es una preparación de toda la persona para llegar en condiciones al Día de Yavé. La preparación consiste en hacer ahora justicia al débil, al oprimido, al huérfano y a la viuda.
En el AT no está la caricatura de justicia religiosa que consiste sólo en “cumplir los mandamientos”, la idea del cumplimiento legalista está ausente, lo que cuenta es la actitud del corazón y el compromiso personal con Yavé y con los necesitados. 
A.2.1..- EL DÍA DE YAVÉ EN LOS PROFETAS
Ante las constantes infidelidades del pueblo de Israel, surge en los profetas la idea de la manifestación de la Justicia de Dios porque, a pesar de las muchas oportunidades dadas a Israel, éste no cambia de vida.
El Día de Yahveh indica la intervención de Dios en la historia para destruir a los opresores de Israel, castigar a los israelitas infieles y restaurar el pueblo fiel. En definitiva el Día de Yavé implica la condena de los pecadores y la salvación de lé justos.
En el Día de Yavé, se pondrá en marcha el juicio contra los malvados; llegará como luz para romper el dominio de las tinieblas: “Ay de los que se esconden de Yavé para ocultar sus planes, y ejecutan sus obras en las tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, quién nos conoce?” (Is 29,15)
Isaías sitúa el “Día de Yavé” en dos ámbitos:
Por una parte, el Día de Yavé el Señor acabará con todo lo encumbrado y altivo (los habitantes de la ciudad santa, injustos e idólatras). “Llegará el Día de Yavé sobre todos los altivos y engreídos, sobre todo lo que se yergue para humillarlo” (Is 2,12)
Por otra parte, en el ocaso de Babilonia que fue conquistada por Ciro el Grande en el año 538 a.C. “Lamentaos que se acerca el Día de Yavé, que vendrá como azote del Todopoderoso….”(Is13,6ss)
Ezequiel sitúa la llegada del Día de Yahveh en la debacle que asolará Egipto llevada a término por Nabucodonosor II. “Se acerca el Día de Yavé….vendrá la espada sobre Egipto..cuando caigan sus muertos y sean apresadas sus riquezas y destruídos sus cimientos” (Ez 30,3-4)
Zacarías sitúa el Día de Yavé en la destrucción de Jerusalén y el cautiverio de Babilonia. He aquí que viene el Día de Yavé en que serán repartidos tus despojos en medio de tí. Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén, será tomada la ciudad, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la ciudad partirá al cautiverio, pero el Resto del pueblo no será extirpado de la ciudad” (Za,14, 1-3)
A.2.2.-El Día de Yavé será un día de castigo
Por la infidelidad de Israel, Yavé castigará a su pueblo, ya sea a través de la invasión babilónica de Jerusalén o por la plaga de langostas descrita en Joel 2,1-11.
Amós insiste en el castigo de Yavé: ¡Ay de los que desean el día de Yavé! ¿Para qué queréis este día de Yavé? Será de tinieblas y no de luz” (Am 5,18)
Grande es el Día de Yavé, sobremanera terrible¿quién podrá soportarlo? Por esoahora dice Yavé: Convertíos a mí de todo corazón...rasgad vuestros corazones, no vuestras vestiduras y convertíos a Yavé que es clemente y misericordioso, tardo a la ira y rico en clemencia” (Jo2,11.12.13)
El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y terrible de Yavé” (Jo 2,31).
A.2.3.-Prevalecerá la misericordia de Yavé
Sobre la justicia de Dios predomina la misericordia, que perdona la infidelidad, recupera la amistad y colma de bendiciones. “ “He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he oído sus clamores… conozco sus angustias...y he bajado para librarle de las manos de los egipcios” (Ex 3, 7-8)
Tú eres, Señor, indulgente y bueno...clemente y compasivo, magnánimo y de gran piedad y fidelidad” (Sal 86,5.15)
Yavé es misericordioso y clemente, tardo a la ira… y su misericordia es eterna” (Sal 103, 8.17)
Yo curaré su rebeldía y los amaré generosamente, mi cólera se ha apartado de ellos” (Os 14,5)
Todo el que invocare el nombre de Yavé será salvo, porque en el monte de Sión y en Jerusalén estará el resto de los salvados” (Jo 2,32)
El fundamento último de la justicia es el amor expresado con la elección personal y con elperdón ante la infidelidad. En la predicación de los profetas se hablará de relación amorosa de persona a persona: “ Cuando Israel era niño, yo le amé” (Os 11.1). El que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos”.“ Me has seducido,Yavé, y me dejé seducir.. Yavé está conmigo” (Jer 20, 1.11).
El profeta Daniel sugiere que el Día de Yavé sucederá al final de los tiempos: “La muchedumbre de los que duermen en el polvo de la tiera serán despertados, unos para la vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Dan 12,2).
Daniel hace referencia a un día específico como el Dia de Yavé cuando dice: “Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días” (Dan 12,12)

A.3. LA JUSTICIA EXIGIDA A LOS HOMBRES
La justicia humana que corresponde a esa justicia divina es “estar dispuesto”, “confiar” y“esperar contra toda esperanza”, es decir, plena entrega a los planes divinos. La justicia humana, más que un conjunto de normas a cumplir es una preparación de toda la persona para llegar en condiciones al Día de Yavé. Prepararse para el Día de Yavé es hacer justicia al débil, al oprimido, al huérfano, a la viuda. 
A.3.1.-La Alianza del Sinaí concreta los lazos vinculantes entre Yavé y el pueblo: Yavé ofrece al pueblo el compromiso de la salvación y el pueblo asume la fidelidad al pacto.
La Alianza se vivía como un pacto social cuya ruptura atraía la ira de Yavé. Esto dio lugar a la alternancia característica de la historia de Israel: pecado, castigo, arrepentimiento y perdón.
La observancia integral de los mandamientos divinos es considerada como mérito ante Yavé. Será recompensado el justo, el piadoso, el servidor irreprochable y amigo de Yavé.
A este respecto es interesante la redacción de los 10 mandamientos: Nosotros traducimos habitualmente con un genérico “No matar”, "no robar", etc.; pero en la redacción hebrea es muchísimo más personal: “no mates”, “no robes”, etc. 
A.3.2.- La justicia como sabiduría y bondad
Al concepto de justicia como regidora de las relaciones entre los hombres se le añade un aspecto nuevo: la justicia es la sabiduría puesta en práctica.
Antes de la cautividad se hablaba del amor de Yavé a la colectividad, después se concretó que todo judío es amado, sobre todo el justo (Salmo 37, 25-29; 146,8) el pobre y el pequeño (Salmo 113, 5-9)
Los sabios subrayarán el carácter personal e interior de la unión entre Dios y el hombre realizada por el amor. Adquirir la sabiduría es el mejor camino para ser amigo de Dios (Sab 7,14), por eso, hay que buscarla, desearla y vivir con ella (Sab 7,28 y 8.2.9).
Sabio es el que escribe las palabras verdaderas, acepta las enseñanzas de los demás y escucha sus exhortaciones, sabe manejar los sentimientos y emociones; es capaz de entrar en diálogo; es mediador de la paz; no es egoísta; comunica la sabiduría y está siempre abierto a la vida; evita toda injusticia; exige un respeto a Dios” (1).
Justo es el hombre bueno y caritativo. Ragüel bendijo a Tobías, diciendo: “Eres hijo de un varón bueno, buenísimo” (Tob 7,7). Esta es una de las últimas recomendaciones de Tobit a su hijo Tobías: “Guarda la Ley y los preceptos, sé misericordioso y justo y serás feliz” (Tob 14,9)
El amor de Dios al hombre debe ser imitado por éste: “Enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo del hombre” (Sab 12,19); “la Sabiduría es un espíritu que ama al hombre” (Sab 1,6)
La fidelidad a la ley es fuente de méritos ante Yavé y de prosperidad material. “El que hace justicia y misericordia hallará vida y honor” (Prov 21,21)

B.-LA JUSTICIA EN EL NT
El Nueno Testamento no deroga al Antiguo sino que lo perfecciona: “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt 5,17). n cierto sentido podría decirse que en la predicación religiosa de Jesús no hay nada que no pudiéramos encontrar, con mayor o menor desarrollo, en el AT,
Reiteradamente se habla de justicia en el NT.
Sobre si es lícito pagar tributo al César que, para tenderle una trampa, le proponen los fariseos, Jesús responde:“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21)
Sobre el salario de los trabajadores: “El obrero es digno de su salario” (Lc 10,7)
Sobre la generosidad en el salario: Toma tu salario y vete. Yo quiero dar a este postrero lo mismo que a tí: ¿No puedo hacer lo que quiera de mis bines? (Mt 20,14-15)
Insistencia del apóstol Santiago: El jornal de los obreros que han segado vuestros campos, defraudado por vosotros, clama y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor”(Sant 5,4)
Jesús no se presentó como reformador social o mesías nacional.
Denunció un mal específicamente religioso: el legalismo y la hipocresía de los fariseos.
San Pablo escribió: “(El magistrado) es ministro de Dios para el bien… Por tanto, pagadles los tributos. Pagad a todos lo que debáis; a quien, tributo, tributo; a quien aduana, aduana” (Rom 12, 4.6-7)

B.1.- Los fariseos
En tiempos de Jesús, la secta de los fariseos contaba con unos 6.000 miembros, a ella pertenecían la totalidad de los escribas y doctores de la Ley y un cierto número de sacerdotes. Un gran número de ellos se opuso a las enseñanzas de Jesús.
San Pablo, antes de su conversión, era un fariseo furibundo: “Saben que de mucho tiempo atrás viví como fariseo….Me creí en el deber de hacer mucho contra el nombre de Jesús Nazareno, y lo hice en Jerusalén, donde encarcelé a muchos santos...y cuando eran muertos yo daba mi voto… los obligaba a blasfemar a fuerza de castigos y, loco de furor contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas” (Hech 26, 5, 9-11). “Circuncidado al octavo día, de la raza de Israel, de latribu de Benjamín, hebreo hijo de hebreos, y, según la Ley, fariseo: Y por el celo de ella perseguidor de la Iglesia; según la justicia de la Ley, irreprensible“ (Flp 3, 5-6)
Jesús admiró el celo de los fariseos: “recorréis mar y tierra para hacer un solo prosélito” (Mt 23,15)
Hay que felicitarlos por su adhesión a las tradiciones orales vivas, pero Jesús los acusa de haberlas convertido en preceptos humanos“Habéis anulado la palabra de Dios por vuestra tradición….este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; en vano me rinden culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos” (Mt 15, 6.8)
Jesús se enfrentó abiertamente con los fariseos, les llamó ¡hipócritas!, ¡insensatos y ciegos! (Jn 23,13.17) “sepulcros blanqueados” (Mt 23,27); “serpientes, raza de víboras” (Mt 23,33)
Enseñando en el templo, decía a la muchedumbre: “Guardaos de los escribas que gustan pasear con amplias túnicas, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros puestos en las sinagogas y en los banquetes, mientras devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones” (Mc 12, 38-40)
San Esteban les dijo, poco antes de morir apedreado: “Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, siempre habéis resistido al Espíritu Santo” (Hech7,51)
San Juan escribió: “No amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad” (1Jn 3,18)

B.2.-El Día del Señor en el NT
San Mateo traza una serie de figuras para anunciar la grandeza de la majestad con que vendrá el Hijo del Hombre a juzgar al mundo: Se oscurecerá el sol, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo y se conmoverán los poderes del cielo” (Mt 24,29)
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los 
cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”
Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles” .(Mt 25, 31-34.41)
San Pedro: El Día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pe 3.10)
Este vaticinio de Joel: “El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y terrible de Yavé” (Jo 2,31) está recogido en los Hechos de los Apóstoles (2,20) y lo utiliza San Pablo: “Sabéis bien que el Día del Señor llegará como ladrón en la noche” (1 Tes 5,2).También escribe a los corintios: “Somos vuestra gloria, como vosotros sois la nuestra, para el Día del Señor Jesús” (2 Cor 1,14).
El libro del Apocalipsis, en alusión al juicio final, dice: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. (Apo 20, 11-12)
De acuerdo con estos pasajes, parece entonces que el día del Señor es un acontecimiento estrechamente ligado con la venida del Mesías para juzgar al mundo. En este contexto, el Día del Señor no se refiere al “primer día de la semana” el domingo, sino al día del Juicio final.


(1) Piedad Sánchez J., Sabiduría de Israel. Introducción al estudio de la poesís sapiencial de la Biblia, Universidad Pontificia de México, 2004, pg 52

















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