INTRODUCCIÓN
¿QUÉ
ES LA JUSTICIA?
Como
virtud social: Lo justo es aquello que debe
hacerse de acuerdo a lo que es razonable y equitativo.
Esto
supone el consenso social sobre lo que es razonable y equitativo (lo
bueno) y lo que no lo es (lo malo).
Como
virtud social inclina a la voluntad a dar a cada uno lo suyo,
con objetividad.
Según
el Derecho: La justicia es la organización judicial
de un país para reprimir y castigar los delitos y dirimir las
ofensas entre los ciudadanos, de acuerdo a la ley y el derecho.
LA
LEY DEBE SER:
Justa, es
decir, encaminada siempre al bien común; auténtica, es
decir, dictada por una autoridad legítima; general, es
decir, que sólo busque el beneficio de todos y obligatoria para
todos.
Todos
iguales ante la ley; esto
es lo que debería ser, lo justo; pero, no siempre es así porque los
encargados de impartir justicia, en determinadas épocas o
acontecimientos, han actuado según les convenía y en función
siempre de quien era la persona que tenían que juzgar.
No
se puede obviar que, en determinados países y tribunales, el aparato
político en el poder sacrifica la justicia por fines políticos y
legitima derechos injustos; así, en nombre del Derecho se encubre la
injusticia. Por intereses propios se ignoran los derechos de los
demás.
Símbolo
de la justicia
Es
una mujer que porta en la mano una balanza equilibrada y que tiene
sus ojos tapados. Se intenta decir que “la
justicia es ciega”, que actúa de manera equitativa y
siempre tratando por igual a todos los ciudadanos con independencia
de su raza, sexo, condición sexual, origen o clase social.
El
jurista romano Ulpiano definió
la justicia como “la continua
y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde”.
Podemos
distinguir la justicia
distributiva que consiste en
distribuir las ventajas y desventajas, según el mérito de los
ciudadanos; y la justicia
conmutativa que restaura la
igualdad perdida, dañada o violada.
Ulpiano nos
dejó tres máximas muy claras:
“Honeste
vivere” (Vivir honestamente): El
derecho objetivo (las leyes) y el derecho subjetivo (la acción de
los jueces para que un persona pueda exigir a otra que haga o deje de
hacer algo) sirven para garantizar la pública honestidad y las
buenas costumbres.
“Alterum non laedere” (“No
dañar a nadie ): Eso
es ser justo. La alteración del justo equilibrio que lesiona
los afectos, las personas y sus bienes, es una lesión en
sus derechos que obliga al restablecimiento del orden
agredido.
“Suum
cuique tribuere” (Dar a cada uno lo
suyo): Esto
es, cumplir los contratos, guardar los pactos y reconocer los
derechos de los demás.
VISIÓN
BÍBLICA DE LA JUSTICIA
A.-
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO (AT)
A.1.-
LA JUSTICIA DE DIOS
No
parece correcto distinguir entre una justicia “del AT” y 0tra
“del NT” como si fueran dos cosas radicalmente distintas, o
incluso opuestas. El designio amoroso deDios sobre el ser humano tiene en la Sagrada Escritura
una revelación progresiva. Dentro de ese designio está la justicia
divina cuya comprensión es también progresiva hasta llegar a la
justicia revelada en Jesús Desde el principio de la revelación
bíblica hubo dos términos que sirvieron para expresar al Dios
bíblico: justicia y misericordia.
No son términos abstractos, sino que indican una relación personal
que se concreta en los actos de justicia o de misericordia que Dios
tiene para con su pueblo.
Justicia
de Dios significa que protege y libra a sus
protegidos de sus calamidades. Muy gráficamente lo expresa el
Génesis: Dios es el “Padrino de Isaac” (31,42),
y “Jacob juró por el Padrino de su padre
Isaac” (31,53). “Gustad y ved cuán bueno es
Yavé, dichoso el que se acoge a El” (Sal 34,9).
El
rey David expresa en un cántico sus sentimientos por haberle
protegido: “Te amo, Yavé, fortaleza mía, eres mi roca, mi
ciudadela, mi libertador, mi Dios a quien me acojo, mi escudo, mi
fuerza salvadora, mi asilo” (Sal 18,2-3)
El
profeta Isaías habla de la protección de Yavé sobre Jacob: “No
temas...porque eres a mis ojos de muy gran estima, no temas porque Yo
estoy contigo” (Is 43, 1.4.5)
A.2.-“EL DÍA
DE YAVÉ”
El
Día de Yavé no está cronológicamente fijado sino oculto en la
voluntad de Dios.
En
el Día de Yavé se harán patentes su justicia
y su misericordia,
para alegría de los creyentes de corazón y terror de los
malvados. Este día es descrito por los profetas con crudas
imágenes: batallas, tormentas, incendios, gritos, llantos y pánico.
Cuando estas
imágenes eran recreadas
en su mente por los judíos, llenaban de espanto a los malvados y de
esperanza en la misericordia divina a
los fieles cumplidores de la ley, porque el
mismo Dios que los sacó de Egipto, los condujo por desierto,
les prometió una tierra en la que ubicarse y los escogió como
pueblo de su heredad, vendrá a ejercer su justicia y su
misericordia.
La
justicia está
escondida a la espera del “Día
de Yahvé”, cuando
Él se revele del todo y dé a cada uno según sus obras; por ello la
justicia humana, más que un conjunto de normas a cumplir es una
preparación de toda la persona para llegar en condiciones al Día de
Yavé. La preparación consiste en hacer ahora justicia al
débil, al oprimido, al huérfano y a la viuda.
En
el AT no está la caricatura de justicia religiosa que
consiste sólo en “cumplir los mandamientos”, la idea
del cumplimiento legalista está ausente, lo que cuenta es la
actitud del corazón y el compromiso personal con Yavé
y con los necesitados.
A.2.1..-
EL DÍA DE YAVÉ EN LOS PROFETAS
Ante las
constantes infidelidades del pueblo de Israel, surge en los profetas
la idea de la manifestación de la Justicia de Dios porque,
a pesar de las muchas oportunidades dadas a Israel, éste no cambia
de vida.
El Día
de Yahveh indica la intervención de Dios en la historia
para destruir a los opresores de Israel, castigar a los israelitas
infieles y restaurar el pueblo fiel. En definitiva el Día de Yavé implica la condena de los pecadores y la salvación de lé justos.
En
el Día de Yavé, se pondrá en
marcha el juicio contra los malvados; llegará como luz para
romper el dominio de las tinieblas: “Ay de los que se
esconden de Yavé para ocultar sus planes, y ejecutan sus obras en
las tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, quién nos conoce?” (Is
29,15)
Isaías sitúa
el “Día de Yavé” en dos
ámbitos:
Por
una parte, el Día de Yavé el Señor acabará con todo lo
encumbrado y altivo (los habitantes de la ciudad santa, injustos e
idólatras). “Llegará el Día de Yavé sobre todos
los altivos y engreídos, sobre todo lo que se yergue para
humillarlo” (Is 2,12)
Por
otra parte, en el ocaso de Babilonia que fue conquistada por Ciro el
Grande en el año 538 a.C. “Lamentaos que se acerca el Día
de Yavé, que vendrá como azote del Todopoderoso….”(Is13,6ss)
Ezequiel sitúa
la llegada del Día de Yahveh en
la debacle que asolará Egipto llevada a término por Nabucodonosor
II. “Se acerca el Día de Yavé….vendrá la espada sobre
Egipto..cuando caigan sus muertos y sean apresadas sus riquezas y
destruídos sus cimientos” (Ez 30,3-4)
Zacarías sitúa
el Día de Yavé en la destrucción de Jerusalén y el
cautiverio de Babilonia. “He
aquí que viene el Día de Yavé en que serán repartidos tus
despojos en medio de tí. Yo reuniré a todas las naciones en batalla
contra Jerusalén, será tomada la ciudad, las casas saqueadas y las
mujeres violadas. La mitad de la ciudad partirá al cautiverio, pero
el Resto del pueblo no será extirpado de la ciudad” (Za,14,
1-3)
A.2.2.-El
Día de Yavé será un día de castigo
Por
la infidelidad de Israel, Yavé castigará a su pueblo, ya
sea a través de la invasión babilónica de Jerusalén o por
la plaga
de langostas descrita en Joel 2,1-11.
Amós insiste
en el castigo de Yavé: “¡Ay de
los que desean el día de
Yavé! ¿Para qué queréis este día de Yavé? Será de tinieblas y
no de luz” (Am 5,18)
“Grande es
el Día de Yavé, sobremanera
terrible, ¿quién
podrá soportarlo? Por
eso, ahora
dice Yavé: Convertíos
a mí de todo corazón...rasgad
vuestros corazones, no vuestras vestiduras y convertíos a Yavé que
es clemente y misericordioso, tardo a la ira y rico en
clemencia” (Jo2,11.12.13)
“El
sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga
el día grande y terrible de Yavé” (Jo
2,31).
A.2.3.-Prevalecerá
la misericordia de Yavé
Sobre
la justicia de Dios predomina la misericordia, que perdona la
infidelidad, recupera
la amistad y
colma de bendiciones. “ “He
visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he oído sus clamores…
conozco sus angustias...y he bajado para librarle de las manos de los
egipcios” (Ex
3, 7-8)
“Tú
eres, Señor, indulgente y bueno...clemente y compasivo, magnánimo y
de gran piedad y fidelidad” (Sal
86,5.15)
“Yavé
es misericordioso y clemente, tardo a la ira… y su misericordia es
eterna” (Sal
103, 8.17)
“Yo
curaré su rebeldía y los amaré generosamente, mi cólera se ha
apartado de ellos” (Os
14,5)
“Todo
el que invocare el nombre de Yavé será salvo, porque en el monte de
Sión y en Jerusalén estará el resto de los salvados” (Jo
2,32)
El
fundamento último de la justicia es
el amor expresado con la elección
personal y con elperdón ante la infidelidad. En
la predicación de los profetas se hablará de relación
amorosa de persona a persona: “
Cuando
Israel era niño, yo le amé” (Os
11.1). El
que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos”.“ Me has
seducido,Yavé, y me dejé seducir.. Yavé está conmigo” (Jer
20, 1.11).
El
profeta Daniel sugiere
que el Día de Yavé sucederá al final de los tiempos: “La
muchedumbre de los que duermen en el polvo de la tiera serán
despertados, unos para la vida eterna, y otros para vergüenza y
confusión perpetua” (Dan
12,2).
Daniel
hace referencia a un día específico como el Dia de Yavé cuando
dice: “Bienaventurado
el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días” (Dan
12,12)
A.3. LA
JUSTICIA EXIGIDA A LOS HOMBRES
La
justicia humana que corresponde a esa justicia divina es “estar
dispuesto”, “confiar” y“esperar contra toda
esperanza”, es decir, plena entrega a los planes divinos. La
justicia humana, más que un conjunto de normas a cumplir es una
preparación de toda la persona para llegar en condiciones al Día de
Yavé. Prepararse para el Día de Yavé es hacer justicia
al débil, al oprimido, al huérfano, a la viuda.
A.3.1.-La
Alianza del Sinaí concreta los lazos vinculantes
entre Yavé y el pueblo: Yavé ofrece al pueblo el compromiso de la
salvación y el pueblo asume la fidelidad al pacto.
La
Alianza se vivía como un pacto
social cuya ruptura atraía la ira de Yavé. Esto dio
lugar a la alternancia característica de la historia de Israel:
pecado, castigo, arrepentimiento y perdón.
La observancia
integral de los mandamientos divinos es considerada como
mérito ante Yavé. Será recompensado el justo, el piadoso, el
servidor irreprochable y amigo de Yavé.
A
este respecto es interesante la redacción de los 10
mandamientos: Nosotros traducimos habitualmente con un genérico
“No matar”, "no robar", etc.; pero en la redacción
hebrea es muchísimo más personal: “no mates”, “no robes”,
etc.
A.3.2.-
La justicia como sabiduría y bondad
Al
concepto de justicia como regidora de las relaciones entre los
hombres se le añade un aspecto nuevo: la
justicia es la sabiduría puesta en práctica.
Antes
de la cautividad se hablaba del amor de Yavé a la colectividad,
después se concretó que todo judío es amado, sobre todo el justo
(Salmo 37, 25-29; 146,8) el pobre y el pequeño (Salmo 113, 5-9)
Los
sabios subrayarán el carácter personal e interior de la
unión entre Dios y el hombre realizada por el amor. Adquirir la
sabiduría es el mejor camino para ser amigo de Dios (Sab 7,14), por
eso, hay que buscarla, desearla y vivir con ella (Sab 7,28 y 8.2.9).
“Sabio es
el que escribe las palabras verdaderas, acepta las enseñanzas de los
demás y escucha sus exhortaciones, sabe manejar los
sentimientos y emociones; es capaz de entrar en diálogo; es mediador
de la paz; no es egoísta; comunica la sabiduría y está siempre
abierto a la vida; evita toda injusticia; exige un respeto a
Dios” (1).
Justo es el hombre
bueno y caritativo. Ragüel bendijo a Tobías, diciendo: “Eres
hijo de un varón bueno, buenísimo” (Tob 7,7). Esta es
una de las últimas recomendaciones de Tobit a su hijo
Tobías: “Guarda la Ley y los preceptos, sé misericordioso
y justo y serás feliz” (Tob 14,9)
El
amor de Dios al hombre debe ser imitado por
éste: “Enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo
del hombre” (Sab 12,19); “la Sabiduría es un
espíritu que ama al hombre” (Sab 1,6)
La
fidelidad a la ley es fuente de méritos ante Yavé y de prosperidad
material. “El que hace justicia y misericordia hallará
vida y honor” (Prov 21,21)
B.-LA
JUSTICIA EN EL NT
El
Nueno Testamento no deroga al Antiguo sino que lo perfecciona: “No
penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a
abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt
5,17). n
cierto sentido podría decirse que en la predicación religiosa de
Jesús no hay nada que no pudiéramos encontrar, con mayor o menor
desarrollo, en el AT,
Reiteradamente
se habla de justicia en el NT.
Sobre
si es lícito pagar tributo al César que, para tenderle
una trampa, le proponen los fariseos, Jesús responde:“Dad al
César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt
22,21)
Sobre
el salario de los trabajadores: “El obrero es digno
de su salario” (Lc 10,7)
Sobre
la generosidad en el salario: “Toma tu salario y
vete. Yo quiero dar a este postrero lo mismo que a tí: ¿No puedo
hacer lo que quiera de mis bines? (Mt 20,14-15)
Insistencia
del apóstol Santiago: “El jornal de los obreros que
han segado vuestros campos, defraudado por vosotros, clama y los
gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor”(Sant
5,4)
Jesús
no se presentó como reformador social o mesías nacional.
Denunció
un mal específicamente religioso: el legalismo y la hipocresía de
los fariseos.
San
Pablo escribió: “(El magistrado) es ministro
de Dios para el bien… Por tanto, pagadles los tributos. Pagad
a todos lo que debáis; a quien, tributo, tributo; a quien aduana,
aduana” (Rom 12, 4.6-7)
B.1.-
Los fariseos
En
tiempos de Jesús, la secta de los fariseos contaba con unos 6.000
miembros, a ella pertenecían la totalidad de los escribas y doctores
de la Ley y un cierto número de sacerdotes. Un gran número de ellos
se opuso a las enseñanzas de Jesús.
San
Pablo, antes de su conversión, era un fariseo furibundo: “Saben
que de mucho tiempo atrás viví como fariseo….Me creí en el deber
de hacer mucho contra el nombre de Jesús Nazareno, y lo hice en
Jerusalén, donde encarcelé a muchos santos...y cuando eran muertos
yo daba mi voto… los obligaba a blasfemar a fuerza de castigos y,
loco de furor contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades
extrañas” (Hech 26, 5, 9-11). “Circuncidado al
octavo día, de la raza de Israel, de latribu de Benjamín,
hebreo hijo de hebreos, y, según la Ley, fariseo: Y por el celo
de ella perseguidor de la Iglesia; según la justicia de
la Ley, irreprensible“ (Flp 3, 5-6)
Jesús
admiró el celo de los fariseos: “recorréis
mar y tierra para hacer un solo prosélito” (Mt 23,15)
Hay
que felicitarlos por su adhesión a las tradiciones orales vivas,
pero Jesús los acusa de haberlas convertido en preceptos
humanos“Habéis anulado la palabra de Dios por vuestra
tradición….este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí; en vano me rinden culto, enseñando doctrinas que
son preceptos humanos” (Mt 15, 6.8)
Jesús
se enfrentó abiertamente con los fariseos, les
llamó ¡hipócritas!, ¡insensatos y ciegos! (Jn
23,13.17) “sepulcros blanqueados” (Mt
23,27); “serpientes, raza de víboras” (Mt
23,33)
Enseñando
en el templo, decía a la muchedumbre: “Guardaos de
los escribas que gustan pasear con amplias túnicas, ser saludados en
las plazas, ocupar los primeros puestos en las sinagogas y en los
banquetes, mientras devoran la hacienda de las viudas so capa de
largas oraciones” (Mc 12, 38-40)
San
Esteban les dijo, poco antes de morir apedreado: “Duros
de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, siempre habéis
resistido al Espíritu Santo” (Hech7,51)
San
Juan escribió: “No amemos de
palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad” (1Jn 3,18)
B.2.-El
Día del Señor en el NT
San
Mateo traza
una serie de figuras para anunciar la grandeza de la majestad con
que vendrá
el Hijo del Hombre a juzgar al mundo: “Se
oscurecerá el sol, la luna no dará luz, las estrellas caerán del
cielo y se conmoverán los poderes del cielo” (Mt
24,29)
“Cuando
el Hijo del Hombre venga
en su gloria acompañado
de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará
a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los
cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los
cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”
cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”
“Entonces
dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos,
al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles” .(Mt
25, 31-34.41)
San
Pedro: “El
Día del Señor vendrá
como ladrón en la noche; en
el cual los cielos pasarán con
grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay
serán quemadas” (2
Pe 3.10)
Este
vaticinio de Joel: “El
sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga
el día grande y terrible de Yavé” (Jo
2,31) está recogido en los Hechos de los Apóstoles (2,20) y lo
utiliza San
Pablo: “Sabéis
bien que el Día del Señor llegará como ladrón en la noche” (1
Tes 5,2).También escribe a los corintios: “Somos
vuestra gloria, como vosotros sois la nuestra, para el Día del Señor
Jesús” (2
Cor 1,14).
El
libro del Apocalipsis, en
alusión al juicio final, dice: “Y
vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos.Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios;
y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el
libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, según sus obras. (Apo
20, 11-12)
De
acuerdo con estos pasajes, parece entonces que el día del Señor es
un acontecimiento estrechamente ligado con la venida del Mesías para
juzgar al mundo. En
este contexto, el Día del Señor no se refiere al “primer
día de la semana” el
domingo, sino al día del Juicio final.
(1) Piedad
Sánchez J., Sabiduría de
Israel. Introducción al estudio de la poesís sapiencial de la
Biblia, Universidad Pontificia de
México, 2004, pg 52
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