El divorcio, y lo mismo cabe decir de la separación, es un paso
decisivo en la vida de los actuantes. Un proyecto que se va al
traste, unas vidas rotas y unas heridas que tardarán mucho en
cicatrizar.
Cuando
yo impartía cursos prematrimoniales, solía decir que, tanto el
novio como la novia, aportan su historia personal al matrimonio,
todos tenemos un antes. En esa historia personal están los defectos
y las virtudes; las vivencias, positivas o negativas; y el proyecto
de ida a plasmar en el matrimonio. La historia personal la
simbolizaba en una cuerda de múltiples hilos y colores, en
consonancia con la abundancia o escasez del historial.
Llegado
el matrimonio, las dos historias personales se entrelazan y forman
una sola cuerda. Esta nueva cuerda simboliza la historia del nuevo
matrimonio. Está hecha con todos los hilos de las dos cuerdas
personales, que siguen estando presentes, impulsando o poniendo
trabas a la realización del proyecto común.
El
divorcio y la separación matrimonial es la ruptura del proyecto
común y la vuelta forzosa a los proyectos individuales.
¿Qué
pasa con los hijos?
No
tienen proyecto anterior al que volver. El divorcio de los padres les
ha roto su esquema vital y se encuentran desorientados, sobre todo si
son pequeños, no saben y no entienden nada. Su única cuerda sólo
tiene los hilos de su vida junto a sus padres. No pue concebir la
vida de otra manera, él no tiene un antes.
El
niño percibe el estado emocional de sus padres. El niño ve, escucha
y siente; nada le es ajeno y, cuando falla la estabilidad emocional
de sus padres, falla también la suya y se siente inseguro, con
sufrimiento y desasosiego siente, más que ve, que su mundo se
desmorona.
¿Qué
pueden hacer los padres?
Si
la relación entre ambos está tan deteriorada que es imposible
rehacerla, no será justo, ni para ellos ni para su hijo, permanecer
en el engaño, soportándose mutuamente y seguir haciéndose daño a
sí mismos y a su hijo. No se debe mantener por los hijos una
relación que no funciona y que se ha vuelto peligrosa para todos, en
especial, para los hijos.
Si
los padres no se soportan, es preferible el divorcio a los gritos,
los insultos, las palizas o algo peor....
Todos
merecen nuevas oportunidades, lejos de la pesadilla
de un matrimonio desgraciado.
El
divorcio debería ser siempre de mutuo acuerdo. Por el bien de los
hijos, deben quedar como amigos; esto será una gran ayuda en el
futuro.
Una
vez dado el paso del divorcio, ambos padres deben hablar con sus
hijos, explicarles la nueva situación y contestar a las preguntas
que les formulen.
Cómo
contestar a las preguntas de los hijos
Para
los hijos el divorcio de los padres es algo muy importante, tanto que
cambia radicalmente su vida. Es importante escoger, el momento y las
palabras para hablar del tema.
Ante
todo, sinceridad, siempre con la verdad en los labios. Nada de
falsas promesas y contestar a todas sus preguntas.
A
modo de ejemplo,éste podría ser el diálogo entre una madre y su
hijo/a pequeño:
Madre:
Hijo, ¿están bien? Te noto algo triste, ¿lo estás?
Hijo:
No, mamá, no me encuentro bien y estoy muy triste porque no quiero
que se vaya papá.
M:
¿Cómo
sabes que se va a ir papá?
H:
No sé. ¿Es que ya no me quiere?
M:
No digas eso. Tu papá te quiere tanto como yo, y yo te quiero
mucho.
H:
¿Es porque me he portado mal?
M:
No, hijo mío. No es culpa tuya. No es culpa de nadie.
H:
¿Es que tú y papá ya no os queréis?
M:
Sí, hijo, nos queremos, pero hemos tomado la decisión de no vivir
juntos; viviremos en casas distintas y a ti te queremos los dos, como
siempre.
H:
Mamá,
¿Volverá papá a vivir con nosotros?
M:
No lo sé, hijo. Lo más probable es que las cosas nunca sean como
antes. Pero tú siempre serás nuestro hijo y siempre te querremos
mucho. Eso nunca cambiará.
-- Hablar mal de tu ex en presencia de tu hijo. Ya tiene éste bastante sufrimiento con no poder disfrutar de ambos padres a la vez. Sufre en silencio la separación y el desamor. ¡No aumentes su dolor!
-- Usar al hijo como moneda de cambio, excusa o chantaje para obtener renuncias de tu ex.
-- Poner a tu hijo en situciones en las que tenga que decidirse por uno de los dos. Él ama a ambos por igual, no le obligues a ser desleal.
-- Aflijirte cuando se va con tu ex a pasar un tiempo. Debes mostrarte feliz, porque él también lo está, aunque lo echarás de menos.
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