La
Educación de la juventud española es tan importante que todos
deberían considerarla un gran problema de índole nacional.
Invertir
en educación es la mejor inversión que puede hacer un Estado.
Pero,
para que la inversión sea rentable, los Planes Educativos, sus
contenidos y se puesta en práctica deben lograr que los estudiantes,
en los diversos grados, obtengan, al finalizar, una
capacitación científica y de índole humano-personal que les
permita su integración cualificada.
La
Educación,
¿es un problema de dinero?
Sí, porque
los gobernantes, autonómicos y estatales, deben poner a disposición
de la comunidad educativa todos los medios necesarios para que puedan
llevar a cabo su misión con la máxima solvencia y, no sólo no lo
hacen, sino que hacen todo tipo de recortes. Sin inversión
no se puede pretender el éxito en la educación y la formación de
la juventud.
Hacen
falta maestros o profesores, en un número determinado y con la
formación científica y humana, imprescindibles para ejercer
dignamente la altísima tarea de formar e instruir a los que, con el
tiempo, han de ser los hombres y mujeres pilares de la
sociedad.
Pero,
el dinero no es el mayor de los problemas.
EL
MAYOR PROBLEMA ES UN BUEN PLAN EDUCATIVO NACIONAL.
Un
Plan Educativo malo, aunque esté apoyado con abundantes
recursos, seguirá siendo malo, y así lo han sido todos los planes
anteriores. Por el contrario, un Plan Educativo bueno, aunque
carezca de algunos recursos, seguirá siendo aceptable y, con
el esfuerzo de la comunidad educativa, podrá producir
sus frutos, al menos, en parte notable.
¿Qué
decir si coincidan un buen Plan Educativo y los recursos humanos y
financieros?
El
éxito estaría garantizado y es
a lo que hay que tender y por lo que hay que luchar.
Ahora dicen
que no hay recursos económicos, lo que es una falsedad, porque sí
los hay para otras cosas que me abstengo de poner al detalle,
pues ya las han explicado, hasta la saciedad, en los
medios.
Si
los Gobiernos, tanto el actual como los anteriores, quieren tener
credibilidad ante la ciudadanía que les eligió, deben suprimir
todos los gastos superfluos, que hay muchos, e incrementar los
ingresos, como la sociedad se lo ha indicado en múltiples ocasiones.
Dinero hay, y puede haber más; pero, debe ser invertido
buscando el mayor interés de la sociedad y no el de los partidos
políticos o de los mandamases de la política.
Basta
ya de recortes en
Educaciónlo
mismo cabe decir de Sanidad).
El
Gobierno debe ser coherente con lo que le pide la ciudadanía y le
exige el bien común, atender los gastos en los dos campos
citados y recortar, o mejor, hacer desaparecer, tantos otros
que solamente benefician a los políticos y a sus partidos con
olvido total del resto de la sociedad.
¡¡¡Basta
ya!!!
Es
urgente, no ya que el Gobierno de la nación, sino que el
Congreso tome conciencia de la
importancia de hacer, entre todos, UN
PLAN EDUCATIVO NACIONAL.
Aquí
no tienen cabida los partidismos ni los cantonalismos.
Debe
acabarse, para siempre, con que cada
Ministro de Educación imponga un Plan distinto, según su ideología
política. Llevamos muchos Planes, desde que se inauguró la
democracia en España.
Debe
acabarse, también, con que cada Comunidad
Autónoma
imponga su Plan, contradictorio con el Nacional.
La
Educación es
un problema de toda la nación y como tal debe ser tratado y
solucionado. Los
ciudadanos estamos deseando que llegue la hora de un Acuerdo
Nacional, comprendemos
la enorme dificultad que el mismo conlleva, pero los señores
diputados deben comprender que tienen la obligación de llegar a ese
acuerdo para que nuestra juventud pueda lograr la formación
necesaria.
Nombren
una comisión para la constitución de un Plan Educativo
Nacional, den
cabida en la misma a representantes de las Comunidades Autónomas, de
los profesionales de la educación, de las agrupaciones de padres y
de los mismos alumnos. Que esta Comisión se ponga a trabajar de
inmediato y, ponderando los pros y los contras de cada cosa,
renunciando cada uno a su visión particular o partidista, pongan
todo su empeño para lograr los acuerdos necesarios y
hacer, entre todos, un
PLAN
EDUCATIVO NACIONAL que, como
Ley Básica del Estado, pueda estar vigente más de una decena de
años.
¡España
se lo merece y lo necesita para no estar en el furgón de cola de !
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