Mi familia

lunes, 20 de mayo de 2013

111.- EDUCACIÓN FAMILIAR


¿Qué entendemos por educación familiar?
Por “educación familiar” entendemos:
El tipo de educación que queremos dar.
Que son, ante todo, los padres los artífices de la educación y de escoger el tipo de educación y el centro que la va a impartir.

He aquí una escena de la vida diaria que nos ayudará a reflexionar sobre el tipo de educación:

El padre ¡María! No tengo ganas de ir a trabajar, llama a la oficina y di que estoy enfermo.
El niño: ¡Mamá! Tengo sueño, no tengo ganas de ir al colegio. Llama a la "profe" y dile que estoy malo.
La madre: ¡Hijo! Tienes que ir al colegio para aprender y ser un hombre de provecho, no un vago, como tu padre.
El niño: ¡Mamá! A papá le va muy bien siendo un vago. ¿Por qué no le dices a él que vaya a trabajar?
Este diálogo, en clave de humor, muestra una situación de enseñanza y de aprendizaje entre padres e hijos. El padre sirve de punto de referencia para la conducta del hijo y la madre se sirve de un estereotipo: "el hombre de provecho como opuesto al hombre vago", poniendo de manifiesto una teoría implícita, reprochando la conducta del padre, al tiempo que lo desprecia. En el diálogo se reflejan tres ejes fundamentales para la educación de los hijos:

Los puntos de referencia:
Son guías, modelos que los hijos tienden a imitar. Se refieren también a normas, reglas, valores que van a fomentar actitudes positivas en los hijos.

El valor del ejemplo:
De nada sirve lo que la madre diga al niño. El ejemplo viviente del padre, tiene una mayor fuerza. El ejemplo es importante, si queremos que el niño cambie de actitud o mejore una conducta, tiene que ver coherencia entre lo que los padres piensan, dicen y hacen.

El amor como motor de la acción educativa familiar:
El amor no es un dejar hacer. A veces, es también decir no. Los niños no saben distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo que es peligroso de lo que no es, y es necesario hacérselo ver, pero dando lugar al razonamiento, al diálogo, a la comunicación.

ESTUDIO Y FAMILIA
Obtener un buen rendimiento académico va a depender, en gran medida, de la dedicación que el niño preste a las tareas escolares durante el tiempo que está en su casa. Aunque, al contrario de lo pudiera pensarse en principio, no es tan importante el tiempo que se invierte en el estudio como la calidad de éste. De ahí la relevancia de conocer ciertas pautas que contribuyan a un óptimo aprovechamiento del "trabajo de casa".
Seguramente, una de las premisas más importantes y difíciles de lograr es concienciarse de que estudiar es un trabajo duro que requiere esfuerzo y sacrificio, tanto por parte de los padres como de los hijos. En este sentido, la influencia paterna será determinante en lo referente a los aspectos ambientales, la estimulación afectiva para motivar y la cognitiva para despertar el interés por la realización de la tarea. Mientras que del estudiante dependerán la organización del tiempo, la elección de la técnica de estudio y la motivación.

El lugar de estudio
Éste tiene que reunir una serie de condiciones. Ante todo ha de favorecer la concentración; por lo que no puede haber televisión, música o tránsito de personas. Para evitar distracciones es importante estudiar siempre en un mismo escritorio, ordenado y vacío de elementos superfluos. Lo ideal es que esté ubicado en una habitación con una temperatura agradable y bien iluminada, a ser posible con luz natural que no proyecte sombras sobre la mesa.

La organización del tiempo
Es otro de los factores que deben cuidarse. Una de las recomendaciones más reiteradas en este sentido es establecer un "horario semanal". En él se debe reservar un tiempo diario de estudio. Para crear un hábito es bueno que siempre sea a la misma hora, descartando la sobremesa y momentos posteriores a esfuerzos físicos de cierta intensidad.

Las técnicas de estudio
La elección de la técnica de estudio es algo personal. No todos aprendemos de la misma forma. A pesar de ello, suelen dar buenos resultados las siguientes estrategias:
Realizar una lectura comprensiva del texto.
Realizar una segunda lectura destacando las ideas más importantes. Relacionar entre sí las ideas señaladas como más importantes, de tal modo que el conjunto tenga sentido.
Para las materias eminentemente prácticas, como las matemáticas, lo más apropiado es realizar diversos ejercicios hasta comprender perfectamente el procedimiento a seguir.

El ambiente familiar
Para despertar la motivación, es necesario estimular al niño para que descubra sus propias capacidades, esto va a contribuir a desarrollar su motivación intrínseca, provocada por el logro de los objetivos propuestos y el sentimiento de autoeficacia que origina este logro y que le va a llenar de satisfacción favoreciendo a la vez su autoestima.
La motivación, por tanto, tiene que ser algo que nazca del interior del niño y esto se puede favorecer a través de las vivencias que experimenta de su propia eficacia y valía. Los padres pueden ofrecer elementos que estimulen al niño, pero no que supongan un fin en sí mismos. Los castigos y amenazas no tienen efectos positivos sobre la motivación, sí los tiene el reconocimiento de los padres de una tarea bien hecha.

Conclusión: La educación familiar es una tarea particular de cada familia que tiene que cuestionarse cómo educa a sus hijos, cómo son sus prácticas educativas y descubrir si éstas son las más adecuadas dadas las características y singularidad de los hijos.

Cada familia tiene su propia historia que configura su proceso educativo, pero como todo proceso humano puede mejorarse. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario