Útil y peligroso |
En
las dos últimas décadas se ha avanzado más en el campo de la
comunicación que en todos los siglos anteriores. El descubrimiento
de Internet, y
de todas las tecnologías satélites, representa es paso de tal
magnitud que, con toda certeza, todavía no podemos vislumbrar su
alcance.
La posibilidad de estar en contacto inmediato con otra
persona, aunque ésta se encuentre al otro lado del mundo, es un gran
atractivo. Añadamos lo que Internet puede significar para los
negocios, las transacciones entre los bancos, las comunicaciones
empresariales, culturales, científicas, etc.
No
cabe duda que Internet es un beneficio y un gran aporte a la cultura;
pero, también puede suceder, y hemos de estar ojo avizor, que cada
vez que enciendo mi PC o mi teléfono móvil y me conecto a Internet
estoy abriendo la puerta de mi vida a un enemigo que, por invisible,
no deja de ser menos peligroso.
Los
peligros de Internet
Uno
de ellos es la adicción, esto es, la repetición inadecuada de una
conducta que resulta gratificante. Cuando esta conducta influye en la
dejación de las propias obligaciones se ha convertido en adicción.
Las personas más impulsivas, las que buscan sensaciones fuertes, las
carentes de voluntad, tienden a implicarse más en conductas
adictivas. Las situaciones emocionales concretas, como estar muy
nervioso, o deprimido por la ruptura con la pareja o el mal
funcionamiento del matrimonio, en el caso de personas mayores;
tratándose de adolescentes se puede indicar la timidez, la mera
curiosidad o el disponer de mucho tiempo libre. A todos fascina la
conexión, en tiempo real. El chat se presta al anonimato que, ante
ciertos contenidos insinuantes, hace atractiva la conexión. Y ahí
está el gran peligro.
Un
depredador en tu casa
A
través del PC ó del teléfono móvil conectados a Internet se
pueden colar grandes depredadores, grandes malhechores, mafiosos,
que, sin darnos cuenta, nos pueden arrastrar a grandes males. Creo
que no hace falta entrar en detalles, ya los conocemos por las
noticias televisivas de cada día.
Esto
vale tanto para los jóvenes como para los adultos, aunque en
distinta proporción. Los jóvenes, los que no tienen una vida
asentada o exploran nuevas vías, nuevas estimulaciones y emociones
fuertes son los más proclives a la manipulación; las nuevas
tecnologías están muy dirigidas a ellos porque la industria sabe
que son grandes consumidores.
Deber
primordial de los padres es dar ejemplo, guiar y aconsejar a sus
hijos en el uso adecuado de los PC y de los móviles con Internet.
Nada tan positivo como que entre ellos reine la confianza, la
complicidad, el disfrutar juntos de muchas cosas buenas de Internet.
Crear hábitos saludables: establecer límites de horario para el uso
de Internet, enseñar el autocontrol sobre las cosas.
Internet
tiene muchísimas cosas buenas, pero también muchas malas que pueden
hacer muchísimo daño a los incautos que se dejen prender en sus
redes.
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