Mi familia

viernes, 1 de febrero de 2013

97.- CICLO TEMÁTICO SOBRE EL BEBÉ Y EL NIÑO, 3ª ETAPA: DE 3 A 6 AÑOS (13 artículos)


 SUMARIO:
97.- La crisis del desarrollo en niños de 3-6 años
98.- Perfil social y afectivo del niño de 3-4 años
99.- Familia y educación
100.- Diez pautas para educar mejor
101.- Las rabietas
102.- La función educativa de los padres
103.- Dotar de recursos a nuestros hijos
104.- El lenguaje en niños de 3-4 años
105.- Perfil social y afectivo a los 5 años
106.- Cómo mejorar la atención en los niños
107.- Enseñar a leer y a escribir
108.- El valor de la lectura
129.- ¿Se debe castigar a los niños y niñas?


LA CRISIS DEL DESARROLLO EN NIÑOS DE 3 A 6 AÑOS
Desarrollo físico:
Aumenta su talla entre 6 a 8 cm por año.

Aumenta el peso considerablemente.

Completa la dentición y controla los exfínteres.

El cuerpo es funcionalmente asimétrico con un lado dominante.

Mayor independencia

Durante la llamada “crisis del desarrollo” el niño demanda autonomía y menor dependencia del adulto.  
Este grupo de edad expresa riqueza de movimientos, pues quieren desplazarse constantemente y realizar nuevas proezas, expresándolos con mayor independencia y despego de sus padres.

El niño de 3 a 4 años realiza muchas acciones por si solo, demostrando su mayor independencia. Comienza a diferenciar el color, la forma y el tamaño de los objetos utilizándolos según sus propiedades, durante las actividades motrices.

En ocasiones comparte sus juguetes y realiza algunas acciones en pequeños grupos: lanzar o rodar la pelota en parejas, caminar en grupos pequeños cogidos de las manos, dar vueltas en parejas, etc.

Es capaz de ocupar roles en el juego, por ejemplo: hace como si fuera el chofer y utiliza el aro como timón. Le gusta mucho imitar los objetos y fenómenos de la realidad, ejemplo: imita que conduce autos, aviones, reproduciendo muchas acciones de la vida cotidiana, por lo que es sumamente importante facilitar al niño el contacto con todo el mundo exterior, a fin de que pueda adquirir suficientes y diferentes vivencias de la realidad.

Mayor curiosidad

Resalta la curiosidad del niño por todo lo que le rodea, con frecuencia pregunta el por qué de las cosas. Quiere conocerlo todo, saber el nombre de los objetos y su utilidad..


                                            Mayor motricidad
Sube y baja escaleras con mejor coordinación de movimientos. Trepa por la cuerda con nudos, sujetándose con las manos sin coordinación todavía con las piernas.  Camina por encima de bancos y muros, saltando al final de los mismos y cayendo con poca estabilidad. 
La mayoría de los niños cuando saltan de esta forma, caen con poca estabilidad y se observan las piernas extendidas en la caída. La motricidad evoluciona a medida que aumenta la capacidad de movimientos.
Hace algunas acciones de cooperación con otros de su edad, en ocasiones comparten sus juguetes

La intervención del adulto

Si el adulto interviene, y debe hacerlo ante logros no totalmente conseguidos como subir y bajar escalones, saltar pequeñas alturas, caminar por planos elevados, etc. desagrada al pequeño/a y origina conflictos.

El adulto debe ser muy observador de toda actividad, debiendo evitar que cargue o traslade objetos de peso, así como intervenir cuando haga la misma acción reiterativamente, sin la alternancia de los miembros, tanto superior como inferior, ejemplo: saltar con un solo pie, lanzar con una mano. 

Los saltos desde alturas deben realizarse cayendo en superficies suaves (colchón, césped, arena). Con estas precauciones protegemos las articulaciones, que en esta edad tienen predominio de tejido cartilaginoso, gracias a lo cual se produce el crecimiento.

La intervención del adulto puede estar orientada a proponer al niño algunas tareas y juegos que beneficien el desarrollo de su postura, lo que se logra mediante diferentes actividades que contengan tareas de equilibrio, como: caminar libremente llevando un objeto (sin peso) en la cabeza, caminar por líneas trazadas en el piso, por cuerdas, tablas, bancos, muros; rodar pelotas pequeñas o conos con uno y otro pie, caminar por terrenos con desnivel en su superficie, bajar y subir obstáculos de diferentes alturas, mantenerse en uno o dos pies sobre objetos pequeños.

El adulto debe ofrecer confianza y seguridad en los lugares potencialmente peligrosos, ofrecerle ayuda cuando la requiera, estimulándole a superar los obstáculos con el propio esfuerzo.

Todas estas características deben considerarse como generales y, por tanto, aunque un niño esté en este grupo de edad sus características psicomotrices pueden variar de acuerdo a las particularidades de su desarrollo. De ahí la importancia de tener en cuenta las diferencias individuales. 

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